UNA DISCRETA VIDA PRIVADA
Aunque Vicky Martín Berrocal siempre ha intentado ser discreta con su vida sentimental, en esta ocasión no ha podido ocultar por mucho tiempo su romance con Enrique Solís. Una historia de la que ha preferido no pronunciarse, como así ha hecho también su suegra, Carmen Tello. Y esta ha sido su reacción al ser preguntada por uno de los romances del momento.
Que el corazón de Vicky Martín Berrocal vuelve a estar ocupado y que el culpable es Enrique Solís no es ningún secreto. Pero que sus vidas sentimentales van a seguir relegadas a un segundo plano es otra realidad. Y prueba de ello ha sido el silencio que Carmen Tello, madre del empresario, ha utilizado al ser preguntada por esta historia de amor que ha copado los titulares de la prensa de nuestro país.
Carmen ha reaparecido ante las cámaras en el XV Premio Taurino de ABC para reconocer orgullosa los éxitos de su marido, Curro Romero. "Son muchos años los que ha estado toreando, cerca de 50 años. Se retiró tan tarde que ahora está recogiendo las cosechas", ha confesado a los micrófonos de Europa Press. Sin embargo, ahora está viviendo otra vida fuera del ruedo y disfrutando de pequeñas cosas como "su Betis, su teatro, su flamenco".
A pesar de padecer Parkinson, que complica su día a día, Curro no ha dejado de estar vinculado al mundo del toro: "Hasta hace pozo ha estado yendo a las plazas. Ya este año no puede ir porque es un hombre muy querido que después lo brean por uno y por lo otro, la gente con el cariño…".
De quien no ha querido hablar ha sido de su hijo, Enrique Solís, que en las últimas semanas ha sido protagonista de la actualidad después de salir a la luz su romance con Vicky Martín Berrocal. Una historia de amor de la que no se ha querido pronunciar Carmen, velando únicamente por la felicidad de su hijo: "Ese tema ni lo he hablado con él ni me meto".
Lo que sí ha confesado es que conoce a la diseñadora desde hace "muchos años", pero que a su hijo no le gusta que hable de su vida personal: "Me tenéis que perdonar". Además, ha subrayado que sus hijos ya son "mayores" para hacer lo que quieran y que a ella todo le parece bien: "Eso es lo que quiero, que sean felices (…) Yo no me voy a meter. Si él es feliz, yo soy feliz".