HA FALLECIDO A LOS 92 AÑOS
Tras el fallecimiento de Carmen Sevilla, recordamos los dos grandes amores que ha tenido la presentadora: sus dos maridos, el primero Augusto Algueró, padre de su único hijo, y su segundo amor Vicente Patuel, por quien se retiró durante años de la vida del espectáculo.
El mundo del cine, de la canción y de la televisión está de luto tras el fallecimiento este martes, a los 92 años, de Carmen Sevilla, una de las artistas más queridas de nuestro país. Su espectacular belleza, su voz, sus dotes para la interpretación y su desparpajo la convirtieron en una estrella de la canción y de la gran pantalla durante las décadas de los 50, 60 y 70. Tras una larga retirada de la escena, en los 90 resurgió como una estrella televisiva que nos hizo pasar momentos inolvidables. Una vida marcada por sus dos grandes amores: su primer marido, Augusto Algueró, padre de su único hijo, Augusto, y Vicente Patuel.
Como Carmen reconoció en más de una ocasión, se enamoró de Augusto, uno de los compositores más importantes de la época, y autor de canciones tan conocidas como 'Noelia', 'Tómbola', 'Más bonita que ninguna' o 'Penélope', por su música varios años antes de conocerlo en persona.
Fue un auténtico flechazo, y, siendo como eran dos de las figuras artísticas más importantes del momento, especialmente la actriz, que llegó a rechazar a celebrities como Cantinflas o Charlton Heston, protagonizaron una multitudinaria boda de ensueño el 23 de febrero de 1961 en la Basílica del Pilar de Zaragoza.
En 1964 nacería su único hijo, al que llamaron Augusto como su padre, completando su felicidad: "Es el mayor triunfo de mi vida" confesaría la andaluza tras cumplir su sueño de ser madre.
Diez años después, en 1974, la pareja ponía fin a su matrimonio, se especula que por las continuas infidelidades del compositor, que habrían podido con el amor y la paciencia de Carmen.
Poco después, y todavía muy afectada por su separación, la artista conocería al empresario extremeño Vicente Patuel, al que no dudaría en definir como "el hombre de mi vida". Tras una década de relación, en 1985 se casaban en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, un enlace al que por cierto no acudió su hijo Augusto, lo que marcó un punto de inflexión en la carrera de la andaluza.
Su segundo marido la convenció para que se retirase del espectáculo y de la vida pública y comenzase una vida tranquila con él y sus ovejas en su finca de Valles de Herrera del Duque, en Badajoz. A pesar de que se rumorea que Carmen nunca llegó a acostumbrarse a una existencia tan alejada de lo que había vivido desde que era poco más que una niña, su retiro duraría hasta que en 1991 Valerio Lazarov la convenció para volver a televisión.
A su lado, aunque no le hiciese gracia este resurgir profesional de su mujer, Vicente, que falleció de un modo fulminante en su finca tras sufrir un infarto en el 2000, con solo 68 años y dejando a la artista completamente desconsolada: "El hombre de mi vida. El hombre que supo comprenderme, que me quiso, un hombre único" confesaría posteriormente.