JUNTO A JAVIER ROJAS MARTÍN EN MADRID
Carolina Trillo, la hija de Encarna Salazar de las 'Azúcar Moreno', se ha casado este fin de semana en Madrid junto al empresario Javier Rojas Martín en la Iglesia de San Francisco de Borja. Un enlace que ha reunido a la familia Salazar al completo y donde la novia deslumbró con la elección de su vestido.
Donde vayan los Salazar hay fiesta asegurada y este sábado les tocaba celebrar, por todo lo alto, el enlace matrimonial de Carolina Trillo, hija de Encarna Salazar. La abogada e influencer contrajo matrimonio por la tarde con el empresario Javier Rojas Martín en la Iglesia de San Francisco de Borja, en la calla Serrano de Madrid. Un 'sí, quiero' que fue recogido por muchos medios de comunicación que se desplazaron hasta el lugar para ser testigos del amor de los novios.
Al enlace no faltaron rostros conocidos como Toñi, Juan, Sonia y José Salazar, quienes posaban orgullosos ante las cámaras demostrando así la buena relación que existe entre ellos. El exterior de la iglesia se llenaba de familiares y amigos de los novios que saludaban a Javier, quien se dejaba ver algo nervioso por el enlace.
Antes de que comenzara la ceremonia, Encarna asegura a los medios que "estábamos en el hotel, ha llegado mucha gente y han empezado a caer cuatro gotas y nos hemos empezado a poner nervioso", pero no podía ocultar la felicidad al ver como su hija se iba a casar con el amor de su vida.
Además, la cantante desvelaba a Europa Press el consejo que le ha dado a su hija Carolina antes de casarse: "La admiración a una persona por cómo es con los demás, por cómo eres tú mismo, creo que eso es lo más importante" y su hermana Toñi confesaba que "Javier es un chico estupendo, mi hermana tiene una suerte enorme".
Encarna destacó con un vestido impresionante de tul en color nude con capa y su hermana Toñi optó por un vestido con vuelo y un estampado súper primaveral en el que primaban los tonos rosas.
Como era de esperar hubo mucha diversión en este enlace que desde el primer momento se escuchaban las palmas y los cánticos de los Salazar, que no dudaron en animar a todo aquel que llegaba a la iglesia. Un día de lo más especial en el que los novios se juraron amor eterno rodeados de sus seres más queridos y donde la novia deslumbró a todos con la elección de su vestido.