DESCLASIFICADO
El MI5 acaba de desclasificar los documentos que confirman que la reina Isabel II estuvo más de 20 años confiando en su asesor personal de arte, Anthony Blunt, sin saber que había sido un espía soviético.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los servicios secretos soviéticos repartieron a sus espías por todo el continente. Una red de informantes que les sirvió para tener controlados tanto a sus enemigos, como Alemania o Italia, como a sus aliados, como el Reino Unido. Uno de estos agentes soviéticos incluso llegó a trabajar durante más 20 años para la mismísima Isabel II del Reino Unido.
Recientemente, el MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido, ha desclasificado unos archivos que confirman que la difunta reina Isabel estuvo años confiando en su supervisor de cuadros, el historiador de arte Anthony Blunt, sin saber que había confesado ser un espía soviético. ¿Cómo ocurrió? Te explicamos la historia.
Anthony Frederick Blunt, nacido el 26 de septiembre de 1907 en Bournemouth (Reino Unido), fue uno de los integrantes de Los cinco de Cambridge, un grupo de espías británicos que trabajó para el KGB durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Pero de cara a la galería, Blunt era un profesor de bellas artes de la Universidad de Cambridge que, en 1945, fue nombrado conservador de la Royal Collection, convirtiéndose unos años después en asesor personal de Isabel II y recibiendo el título de sir.
Fue en 1964 cuando Blunt admitió ante el MI5 haber sido espía desde los años 30 y haber estado en contacto con los servicios secretos soviéticos después de la guerra. Una confesión que no llegó a oídos de la reina Isabel casi una década más tarde, en 1973.
Aunque este suceso hace años que es de dominio público —incluso aparece en la serie The Crown— los documentos, ahora desclasificados y entregados a los Archivos Nacionales, revelan cómo se tomó la monarca que uno de sus trabajadores más cercanos tuviese este pasado oculto.
Según recoge la BBC, Isabel, al enterarse de que su hombre de confianza había sido un espía soviético, se mostró "típicamente imperturbable" y se lo tomó todo "con mucha calma y sin sorpresa".
La reacción de Isabel fue tan calmada que Miranda Carter, biógrafa de Blunt, sugiere que Isabel ya sabía toda la verdad cuando fue informada oficialmente: "Habría sido insoportablemente embarazoso si se hubiera sabido y todo el mundo hubiera sabido que ella lo sabía".
Aunque su implicación como espía fue inicialmente encubierta por su estatus, en 1979, la primera ministra Margaret Thatcher reveló su traición, destituyéndolo como conservador de la Royal Collection. Blunt murió en 1983, a los 75 años, habiendo perdido su título de caballero.
Cuando Blunt confesó su labor como agente doble, el MI5 solo informó al ministro del Interior y a su funcionario de mayor rango. Al secretario privado de la reina Isabel II, Martin Charteris, le dieron cierta información para decidir si se debía, o no, comunicar a la monarca la noticia. Finalmente, se acordó que, para no aumentar sus preocupaciones, solo se le comunicaría de manera oficial en el caso de que Blunt enfermara gravemente, ya que eso podría provocar que la verdad viera la luz a través de la prensa.
Y así fue. En la década de 1970, Blunt enfermó de cáncer y el gobierno de Edward Heath decidió informar a su soberana de la confesión que había hecho nueve años antes.
La próxima primavera, el Archivo Nacional de Londres inaugurará una exposición titulada "MI5: secretos oficiales", donde todos los curiosos podrán leer más acerca de Anthony Blunt y otros personajes.