SU VIDA MÁS FAMILIAR
Quedan cinco meses para que se celebren los Juegos Olímpicos de París 2024, competición en la que está plenamente enfocada Ana Peleteiro. Aunque para ello ha tenido que hacer un gran trabajo y compaginar la maternidad con la profesión. Y, hablando de cómo está viviendo ella esta nueva etapa de su vida, ha recordado a su madre biológica, dando detalles de ella y de su proceso de adopción.
Ana Peleteiro, además de ser atleta, es mujer y madre -y una de las voces más influyentes de nuestro país-. Siempre ha hablado con orgullo de sus orígenes, de la adopción y de ser negra, algo por lo que ha sido criticada en numerosas ocasiones. Y ahora, en voz alta y con la normalidad que siempre ha querido darle a su testimonio, ha hablado para las páginas de Vogue de su madre biológica y de cómo fue su proceso de adopción.
Y para afrontar los cambios de una vida que aún no está normalizada en la sociedad -la de mujer negra, exitosa, deportista, madre y adoptada-, Ana ha tenido que contar con la ayuda de Rebeca en el campo de la salud mental, quien se ha convertido en uno de sus pilares fundamentales. Tal y como ha explicado para la revista, le ha ayudado la forma de encajar y afrontar los problemas y, sobre todo, de autogestionarse: "Al fin y al cabo, como mi madre me abandonó nada más nacer, me dejó en el hospital, tengo mucho miedo a que las personas que quiero desaparezcan".
En este punto, la atleta ha hablado de las necesidades de los bebés y, desde su propia experiencia, de las familias adoptivas, subrayando que lo que necesita un bebé es tener a su madre gestante al lado. Eso sí, ha querido dejar claro que se puede ser muy feliz si coincides en la vida con una familia como la suya. Y es que, aunque Ana siempre ha reivindicado sus orígenes, también ha estado agradecida -y lo estará siempre- de la que es su familia.
Sin embargo, llegar a este punto y hablar de ello públicamente no ha sido un camino fácil, y mucho menos con las críticas que ha recibido a través de las redes sociales, donde acumula más de 400 mil seguidores: "Cuando me atacan me dicen: Puta negra, vete a tu país. Esto es algo que me da rabia, porque yo nací en Galicia el 2 de diciembre de 1995". Aunque Ana es una mujer negra, ella misma ha explicado que su madre biológica es "blanca, coruñesa" y, al parecer, fue la segunda hija que tuvo: "Ella dio a luz en su casa con 18 años y me dejó en el hospital. De hecho, hace unos meses, me enseñaron el primer registro hospitalario donde consta parte de la información".
Por primera vez, la deportista olímpica ha dado más detalles de su adopción, de su madre biológica y de su pasado. Ha explicado que debió ser un embarazo no deseado según la información que ha recibido recientemente y, más allá de hablar de la situación, solo ha tenido buenas palabras para su madre biológica: "Lo que sé es que ella fue una mujer súper valiente, que supo reconocer que no estaba preparada para criarme y que, por tanto, necesitaba que alguien me criara por ella".
Fue entonces cuando intervino la Administración, primero con una familia que no la quisieron por ser negra y después con la familia que conserva a día de hoy. Sus padres llevaban cuatro años esperando para tener hijos y un 5 de diciembre le llamaron: "Es un tema del que no me importa hablar, porque me siento súper orgullosa". A día de hoy, y con el altavoz que tiene, Ana ha expresado que la adopción es maravillosa y que hay muchos niños en su misma situación que se merecen una segunda oportunidad.
Hace un año, Ana Peleteiro descubrió la maternidad al dar la bienvenida a su hija Lúa, fruto de su relación con Benjamín Compaoré. Fue a través de cesárea y el posparto fue un camino difícil en el que le costó volver a verse con la ropa deportiva que conserva desde antes de ser mamá: "Me tuve que decir a mí misma: Si a alguien le molesta que salga con un michelín en una foto, que se enfrenten ellos a nueve meses de embarazo y una cirugía mayor".
Ahora, todos sus esfuerzos están enfocados en los Juegos Olímpicos de París 2024 y con el objetivo de conseguir una medalla. Pero tampoco ha sido fácil volver a la pista sin sentirse culpable por no estar con su hija. Un pensamiento que ha tenido que trabajar duro hasta entender que, además de madre, es mujer y atleta: "Ya noto que estoy preparada para separarme de ella durante algunas semanas y focalizarme en mí como deportista. Y, a la vez, la necesito cerca porque me da la vida".
Un año muy difícil en el que se ha descubierto "como mujer y como persona", desenterrar a la Ana de antes y lidiar con la maternidad como mejor ha podido y sabido: "Necesito tiempo para mí misma (…) Estoy en un punto en el que, como hice tanto trabajo para pensar en los demás, hay momentos en que me olvido de mí. Y la maternidad te puede alejar de ti como mujer por completo".