EXCLUSIVA ¡HOLA!

Ana Obregón confiesa que tomó la decisión de iniciar el proceso de ges­tación subrogada "el día que mi niño se fue al cielo"

Tras confirmar que Ana Sandra "no es mi hija sino mi nieta", Ana Obregón ha revelado cuáles han sido los motivos que le llevaron a iniciar el proceso de gestación subrogada. Una decisión que, como confiesa la presentadora, comenzó el "mismo día" que su hijo Álex Lequio falleció.

Una semana después de que toda la crónica social se hiciera eco de la maternidad de Ana Obregón a los 68 años por gestación subrogada en Miami, se ha resuelto el misterio que durante siete días no ha dejado de ocupar portadas y titulares: Ana Sandra Lequio Obregón "no es mi hija sino mi nieta".

Así lo ha confirmado la propia presentadora en una extensa entrevista con la revista ¡HOLA! en exclusiva donde ha confesado que "es hija de Álex (Lequio)". Y es que, como revela en las páginas del citado medio, "lo que la gente no sabe es que esta fue la última voluntad de Aless: la de traer un hijo suyo al mundo". Una decisión que, según explica, el joven les comunicó tanto a Alessandro Lequio como a ella "una semana antes de fallecer".

"Han sido tres años y el proceso no ha sido nada fácil", declara la actriz, asegurando que tan solo conocían su intención "Alessandro y mis hermanas, Celia y Amalia, que son unas tumbas". Un proceso "muy difícil" del que asegura que "es lo que me ha mantenido con vida" puesto que "si no fuera por esto, yo ya no estaría aquí" y el cual no descarta volver a repetir en un futuro: "Mi hijo quería tener cinco hijos, así que a lo mejor el niño también llega algún día".

La televisiva también ha confesado que "la decisión de comenzar con el proceso de gestación subrogada, que implica la participación de una donante de óvulo y de una gestante, la tomé el día que mi niño se fue al cielo. Ese mismo día".

Ana Obregón explica que "cuando a mi hijo le diagnosticaron el cáncer e iba a comenzar el tratamiento de quimioterapia, los médicos le recomendaron que guardara muestras de su esperma, por si los medicamentos le afectaban en el futuro, para asegurarse de poder tener hijos".

"Aquel día estábamos en el hospital; Aless ya estaba muy mal y nos dijo que, si algo le ocurría, quería que supiéramos que él quería dejar descendencia en esta vida. Aunque ya no estuviera. Desde ese momento, lo único que me ha permitido seguir viviendo cada día, cada segundo, es cumplir la misión de traer al mundo a una hija de Aless", relata.