ACCIDENTE EN PARÍS
El 30 de agosto de 1997 Diana llamó a sus hijos sin saber que sería la última vez que lo haría. En este artículo repasamos cómo fue el último día de Lady Di antes de fallecer en un trágico accidente de coche.
Este sábado 31 de agosto se cumplen 27 años de la muerte de Diana de Gales, más conocida como Lady Di. Una pérdida que no solo lamentó la familia real británica y sus súbditos, sino que conmovió al mundo entero. Su personalidad, su buen gusto para vestir y su faceta filantrópica convirtieron a la primera mujer de Carlos III de Inglaterra en la "princesa del pueblo", título simbólico que mantuvo incluso después de desvincularse de los Windsor mediante el divorcio.
El trágico fallecimiento de la madre del príncipe Guillermo y del príncipe Harry, que tan solo tenía 36 años, sigue rememorándose año tras año con homenajes y discursos de sus familiares más cercanos, quienes la recuerdan con mucho cariño. ¿Qué fue lo que ocurrió exactamente ese último día de agosto de 1997?
El 30 de agosto de 1997, Lady Di vivió el que sería su último día. Para situarnos, debemos saber que ella y su pareja, el multimillonario egipcio Emad "Dodi" Fayed, acababan de volver a París después de un romántico viaje de 10 días a la Costa Azul.
Esa mañana, Diana llamó sus hijos, quienes se encontraban en Escocia con su padre, el príncipe Carlos, y su abuela, la reina Isabel II, en el castillo de Balmoral. Sin embargo, como suele suceder con los adolescentes, la conversación fue breve y no tuvo mayor trascendencia, algo que los príncipes lamentan a día de hoy; no sabían que sería la última vez que escucharían la voz de su madre.
Mientras tanto, según explicó el padre de Dodi -Mohamed Al Fayed- tras el accidente, él habría aprovechado que Diana estaba distraída para ir a recoger un anillo con la intención de proponerle matrimonio esa misma noche -algo que nunca sabremos del cierto si ocurrió-.
La pareja reservó el salón privado del Hotel Ritz de París, propiedad del padre de Dodi, para una cena íntima. Pero los planes de una velada tranquila fueron frustrados por la presencia de los paparazzi, quienes los acechaban desde las afueras del hotel. Al terminar de cenar, Diana, Dodi y su guardaespaldas, Trevor Rees-Jones, trataron de eludir a la prensa saliendo por la puerta trasera, donde un Mercedes-Benz S280 los esperaba para llevarlos a su apartamento.
Al volante se encontraba Henri Paul, jefe de seguridad del hotel, quien decidió acelerar para perder de vista a los fotógrafos que los perseguían en moto. Sin embargo, esta decisión resultaría ser fatal.
Pasada la medianoche, el coche en el que viajaban Diana, Dodi, Trevor Rees-Jones y Henri Paul se estrelló en el túnel Pont de l Alma, causando la muerte en el acto de Paul y Fayed.
Diana fue trasladada de urgencia al Hospital Pitie-Salpetriere, pero, a pesar de los esfuerzos médicos, nunca recuperó la conciencia y fue declarada muerta a las cuatro de la madrugada. La madre de Guillermo y Harry había sufrido una conmoción cerebral, se había roto el brazo y tenía un corte en el muslo, pero fueron las heridas en la zona del pecho las que le causaron una hemorragia interna y un paro cardíaco que acabó con su vida.
El único superviviente del accidente fue Trevor Rees-Jones, que también era el único que llevaba el cinturón de seguridad puesto. El guardaespaldas sufrió graves heridas, pero pudo recuperarse. No obstante, el shock fue tan grande que no tiene recuerdos de lo que ocurrió esa noche, tan solo se acuerda de haber escuchado a Diana llamar a Dodi momentos antes de perder el conocimiento.
Las investigaciones posteriores revelaron que Henri Paul había consumido alcohol esa misma noche, con un nivel en sangre tres veces superior al límite legal en Francia. Además, también se encontraron en su organismo rastros de antidepresivos, lo que dio lugar a varias teorías conspirativas sobre la muerte de la "princesa del pueblo".