Antología del disparate dietil

¡Vuelve la dieta GM! O cómo perder 7 kilos en una semana comiendo 8 plátanos al día

Un clásico de los 80, junto a la dieta de la sopa y similares, conoce un revival de la mano de las nuevas generaciones que, al parecer, la aman. Es un drama, claro está.

La dieta GM o de los plátanos: qué locura, coleguisPixabay

Hombreras, maquillaje extremo, radiocassettes, etc. Los 80 no dejan de estar de moda y en el apartado dietético, también. La llamada dieta GM, un icono de la época en la que importaba adelgazar a toda costa y sin pensar en la sostenibilidad del plan, vuelve por sus fueros. Se supone que las siglas "GM" tienen que ver con que fue desarrollada para trabajadores de la compañía General Motors, pero esto nunca ha sido confirmado oficialmente por la compañía. Su popularidad hace 30 años -y ahora, visto lo visto- tiene que ver con su increíble propuesta: perder 7 kilos en una semana. Como lo oís, un kilo por día. Y esto, ¿cómo se hace? Pues, ya sabéis, cortando calorías a saco y pasando más hambre que el perro de un ciego, lo que, por supuesto, no es nada recomendable.

Dieta | Wikipedia

El panorama es, ya lo avisamos, lo suficientemente desalentador. Adentrarse en la dieta GM es meterse en un páramo alimenticio en el que prácticamente todos los alimentos están prohibidos salvo algunas frutas y verduras, cereales integrales, pollo y agua. Un ejemplo de calendario para el primer día es el siguiente: desayunito a base de vaso de agua y manzana. Seguimos con un picoteo a media mañana con medio bol de melón o sandía con agua. Para comer, una rodaja de melón o sandía con vasitos de agua a tutiplén. Como snack post-comida (que sí, que no ha habido comida, lo sabemos), una naranja con vaso de agua. La merienda vuelve a ser medio bol de melón o sandía con más h20. Y , finalmente, una cena por todo lo alto con una rodajita de melón, guava -que es una fruta tropical sustituible por manzana verde- y más agua. Apetecible, ¿verdad? DRAMA.

La clave es apoyarse en la fibra de estas frutitas para intentar llegar lleno al final del día aunque, en nuestra opinión, pintan bastos. De hecho, los críticos (es decir, cualquier persona sensata) con la dieta GM advierten de que seguirla puede causar mareos, sensación de debilidad y, en general, un sentimiento de estar en la más absoluta de las miserias. Que sí, que pierdes kilos, pero que a ver quién aguanta con esta alimentación más de una semana. El segundo día se incorporan las patatas (cocidas, claro) y algunos vegetales como la coliflor, la lechuga y el brócoli. Todo en crudo o cocinado sin pizca de aceite. El tercer día es más o menos semejante pero los grandes acontecimientos tienen lugar a partir del cuarto día...

La fruta, el zumo y el agua es fundamental para hidratarse. | GTres

Ahí es cuando la dieta GM alcanza sus verdaderas cotas de frikismo y de locura. Además de la sopa GM baja en calorías y que lleva cebolla, apio, puerro, zanahoras y col, se pueden comer hasta ¡8! plátanos sin pestañear y cuatro o cinco vasos de leche. El objetivo es mantenerse saciado, disponer de suficientes minerales para no vernirse abajo y tener energía. Los quinto, sexto y séptimo día entran en escena el pollo, el arroz integral y zumos de cualquier tipo de fruta. La realidad es que, sí, al final de este esfuerzo sin par habremos pedido kilos pero quizá también la cabeza en el intento. En los 80 General Motors pasó de ser un fabricante de automóviles exitoso a tener pérdidas millonarias. Si la dieta tuvo algo que ver nunca lo sabremos...