Una medida 'antidespilfarro' que llega a España
Naranjas que no son perfectamente redondas, patatas con bultos, zanahoras bífidas... hay verduras que no son estéticamente ideales, pero tienen el mismo sabor que las que sí lo son. Ahora, una iniciativa propone venderlas al 50%.
El movimiento 'ugly food' comenzó a extenderse como la pólvora el año pasado por Europa. Si 2014 había sido el año europeo contra el despilfarro de comida, 2015 fue el año en el que supermercados como los franceses Intermarché comenzaron a vender más baratas aquellas frutas y verduras que no cumplen los criterios estéticos actuales. Es decir: peras feotas, pimientos arrugados, berenjenas excesivamente alargadas... La medida fue un éxito y ahora, por fin, llega a España.
Hasta ahora, en nuestro país, tan solo iniciativas aisladas habían rescatado de la basura estas verduras y frutas perfectamente comestibles. Cada año, entre el 20% y el 40% de las frutas y verduras que se producen en Europa se tiran antes de llegar a las tiendas. La razón no tiene nada que ver con el sabor, sino con su apariencia. Por eso, ahora Supermercados Eroski lanza una iniciativa llamada 'Tan feas como buenas', que propone un trato a los clientes: cobrarles por ellas hasta un 50% menos del precio habitual. No quedarán muy pintonas en nuestro frutero, pero serán benévolas con nuestro bolsillo.
Con las verduras y frutas que se tiran a la basura, podría alimentarse hasta a dos billones de personas. En esta lína, Eroski propone en su web recetas para aprovechar estos patitos feos de la cadena alimentaria. Este compromiso es parte de otro más grande de la cadena de supermercados llamado 'Desperdicio 0' y que busca terminar con el desecho de alimentos en buen estado con medidas como la donación a banco de alimentos.
Mientras esperamos a ver si otros supemercados siguen esta iniciativa, hay que aplaudir que Intermarché haya ido más allá, comenzando a vender cajas de 'galletas feas' a precios más económicos. Sí, lo habéis adivinado: se trata de galletas de chocolate que sufrieron algún tipo de problema en su camino a la caja, perdiendo algún trozo. El sabor, eso sí, es el mismo. Todo apunta a que, en el futuro, nuestra cesta de la compra será más feota pero, a cambio, mucho más barata.