Vuelven los objetos de antaño
Porrón, mortero, cafetera de filtro, navajas artesanales... los objetos que tus antepasados usaban en la cocina vuelven a estar de moda.
A los hípsters les debemos las camisas de cuadros, las barbas y las gafas de pasta. Pero no solo eso. También un sinfín de objetos foodie viejunos que se han vuelto a poner de moda gracias a esta comunidad que venera lo ‘old school’. A continuación, un Top 5.
El mortero. El alioli en conserva es para los mindundis. Lo que de verdad deja a los tuyos boquiabierto es cuando decides preparar la receta secreta de tu padre, transmitida en la familia de generación en generación, y para la ocasión te sacas de la manga uno de estos morteros de los que todos hemos renegado en algún momento y que ahora quedan de muerte en una cocina con interiorismo industrial o nórdico. Se encuentran de todos los tamaños y de estética muy actual. Los hay de madera o de mármol. Y lo petan.
La bolsa de la compra. Ir a hacer la compra en el super macrobiótico de la esquina o en el mercado de productores del sábado por la mañana también se ha convertido en una acto de fe. Hay que marcar tendencia incluso en estos momentos de por sí tan poco glamourosos. Y algunos han aprovechado este filón inventándose cestas de mimbre monísimas que combinan con todo. Pero lo más son las bolsas de compra de rejilla, muy francesas ellas, que unos artesanos del país vecino han resucitado y que se venden como churros. Y son muy cool, sea cual sea su color.
Cuchillos y navajas artesanales. Olvidáos de tener los mismos cuchillos, comprados en una tienda sueca, que los vecinos y los amigos de los amigos. Hay que demostrar que creemos en que antes se hacían las cosas mejor y que hay que apostar por la artesanía Km 0 y la vuelta a los orígenes, cuando todo era de más calidad y, por consiguiente, más duradero. En las cocinas, mesas o cestas de pícnic son imprescindibles navajas y cuchillos elaborados por empresas familiares centenarias, que trabajan las piezas de forma artesanal y con materiales nobles.
Cafetera manual y de filtro. El café en cápsulas, por muy práctico que sea, es de cutres. Si no sabes hablar del aroma del café mexicano, cultivado en la selva de Chiapas y recogido a mano por una comunidad que se encarga personalmente de la maduración de los granos con una técnica ancestral y secreta, no eres nadie. Tampoco si no te lo preparas en una cafetera manual que requiere entre 5 y 6 horas de filtrado para conservar todos los beneficios y el sabor de esta bebida. ¿A qué esperas para hacerte con una de ellas?
El porrón. Eso de beber el vino en la mesa a golpe de porrón, como lo hacía tu tío abuelo cuando lo ibas a visitar al pueblo, mola. Sí, mo-la. Debes hacerte con uno de estos modelitos que tan están de moda, con toques de contemporaneidad en el diseño (porque tampoco se trata de ser casposos), para tus comidas de fin de semana con amigos barbudos. Hay que recuperar la tradición ante todo para ser un moderno. Aunque parezca un aberración. Eso sí, recomendamos practicar en casa con el chorrito antes de hacerlo en público. Porque lo decía Coco Chanel: el estilo, ante todo el estilo.