Viaje gastronómico por el país africano

Túnez, mucho más que cuscús

Platos de pescado, guisos de cuchara o delicias dulces: descubre la comida del país en el que se rodaron escenas de las sagas de Star Wars o Indiana Jones.

Merece la pena descubrir la rica gastronomía tunecina Laura S. Lara

Además de los vestigios históricos, las playas, el desierto y sus oasis, Túnez cuenta con una rica, y para muchos desconocida, gastronomía. Al igual que el resto de países bañados por el Mediterráneo, la cocina tunecina utiliza el aceite de oliva, las especias y los tomates, pero también numerosos productos del mar y carne. El plato estrella de la gastronomía tunecina es por supuesto el cuscús, hecho con sémola de trigo y cordero, pollo o pescado, pero el arte en los fogones de Túnez se inspira en otras muchas fuentes, como la bereber, la árabe, la turca o la italiana.

El marisco, parte importante en la gastronomía tunecina | Turismo de Túnez

Entre las recetas más sorprendentes a base de carne se encuentra el melloukhia, un guiso cocinado a fuego lento durante varias horas compuesto por hojas de malva, judías secas y molidas, ajo, aceite de oliva, especias y ternera o cordero. En el pasado, para que los guisos y asados se consideraran perfectos, debían cocinarse lentamente sobre las brasas de un canoune, un cuenco de barro o arcilla donde se ponía carbón.

Otra de las delicias de la gastronomía de Túnez son los briks al huevo. Una especie de buñuelo hecho con una pasta especial elaborada a mano, el malsouk, que se rellena con todo tipo de ingredientes, salados o dulces, y se sirve como plato principal o como postre.

La repostería tunecina utiliza a menudo miel y frutos secos, dátiles, almendras, pistachos o avellanas. Y una comida siempre estará incompleta si no se acompaña con un té a la menta o un café moro con unas gotas de agua de azahar. Te damos algunas claves para redescubrir Túnez… a bocados.

La rica tradición de los guisos tunecinos | Turismo de Túnez

Un buen pescado

A tan solo veinte kilómetros de Túnez, presidiendo el golfo, se encuentra Cartago, una de las ciudades más poderosas de la antigüedad. Cuenta con un pasado prestigioso y una ubicación inigualable de cara al horizonte turquesa. Fácilmente accesible en tren desde la capital, la visita a Cartago es imprescindible, pues se trata de una ciudad repleta de vida, famosa por ser sede de algunos de los mejores festivales culturales y albergar numerosos restaurantes de calidad, cuya cocina está protagonizada por los sabores más auténticos del mar.

Un plato de cuchara

Tozeur es la ciudad de los aventureros, el lugar ideal para vivir una auténtica experiencia en el Sáhara viajando en todoterreno o como un auténtico nómada, surcando las dunas a lomos de un dromedario. Considerada la capital del desierto, Tozeur merece una visita por su medina, sus mezquitas y su gran palmeral. No en vano, sus impresionantes paisajes han servido de escenario para sagascomo Star Wars, Indiana Jones o películas como 'El Paciente Inglés'. Pero también es el sitio perfecto para probar la gastronomía típica tunecina a los pies del desierto, con platos como el barkukesh, un guiso tradicional hecho a base de pasta, garbanzos y pulpo.

Un cuscús pirata

A quince kilómetros de Túnez, Sidi Bou Said es uno de los pueblos costeros más bellos del Mediterráneo, con el característico azul y blanco de las fachadas, puertas y ventanas de sus casas. Esta localidad que en su día hechizó a gran número de escritores, pintores, músicos y artistas de todas partes del mundo, sigue cautivando por la atmósfera única que crean sus acantilados, sus miradores, sus recónditos lugares llenos de encanto y sus pintorescos cafés y restaurantes. Uno de ellos es Le Pirate, un restaurante al más puro estilo mediterráneo con una amplia terraza junto al puerto, donde se toma uno de los mejores cuscús ‘pirata’ (de pescado) de la zona.

¿Cuscús pirata? Sí, con pescado | Laura S. Lara

Una noche romántica

Si Túnez es un destino perfecto para ir de vacaciones a finales de verano o una vez finalizada la temporada estival, Hammamet es la alternativa ideal para seguir disfrutando el resto del año del buen tiempo y relajarse tomando el sol en playas de aguas turquesas y menos masificadas. Se trata de una localidad a orillas del mar, a unos 60 kilómetros de la capital, llena de hoteles de lujo, discotecas, bares y restaurantes como La Barberousse, frente al mar, ideal para una velada romántica a pie de playa. En cuanto a la gastronomía, es un buen lugar para probar recetas elaboradas con cuscús y platos como la mechoui (ensalada tunecina), el lablabi o el tajine. También son muy tradicionales el cordero y pescados como lubina, salmonete, mero o lenguado. En Hammamet los lugareños muestran especial predilección por postres como el makhroud (pastelitos elaborados con dátiles) o el buze (crema de sémola cubierta de nueces).

Un té y un dulce

Dentro de la medina tunecina merece la pena perderse entre las laberínticas callejuelas del gran bazar para descubrir el Café del Zoco, un antiguo caravasar (lugar donde descansaban las caravanas que atravesaban el Sáhara) cubierto de azulejos (algunos de ellos antropomórficos, una rareza en el mundo árabe) escondido en lo que tradicionalmente se conoce como el callejón de los joyeros, perfecto para alejarse del turismo y charlar con lugareños y comerciantes junto a un vaso de té a la menta y un dulce típico. Para encontrarlo, tomaremos de referencia la mezquita de la Zituona y su enorme minarete, la mejor referencia para orientarse dentro del zoco.

Postureo tunecino

Dejando a un lado la tradición, en Túnez capital también hay locales modernos y mucha marcha. La Marsa y Gammarth son las zonas de moda. En ellas abundan los restaurantes y hoteles vanguardistas en los que tienen lugar fiestas todas las noches, cenas de alto nivel y ambiente exclusivo. Aquí se encuentran discotecas famosas como el beach club Le Billionaire y restaurantes de lujo como Le Golfe, que cada noche congregan a los tunecinos y turistas más noctámbulos.

Más info en http://www.turismodetunez.com/