Mantener la línea comiendo fuera
Salir a comer fuera sin consumir muchas calorías… ¿es posible? ¡Todo es posible! Te chivamos algunos truquillos con los que podrás comer en un restaurante sin sentir ningún tipo de remordimiento después. La fuerza de voluntad es esencial en este caso. Sabemos que es difícil, pero lo puedes conseguir.
Beber agua o solo una copa de vino
El alcohol, el principal enemigo de la dieta. Tienes que ser fuerte a la hora de pedir la bebida, ya que si tomas pocas calorías en la comida pero te hinchas a beber alcohol, no te servirá de nada. Así que contén tus ganas de beber y pide un agua. Puedes animarla un poco con unas rodajitas de limón. Si quieres, puedes tomar una copita de vino, pero ¡solo una!
Pedir los platos menos calóricos
Ensaladita, gazpacho, verdura, carne o pescado a la plancha… Olvídate de ese plato de pasta que te está tentando y opta por platos ligeros. Al terminar no sentirás esa pesadez que tanto nos molesta después de pegarnos un atracón.
No tomar postre
Al final de la comida apetece algo dulce, y es complicado resistirse a la amplia gama de postres que se nos ofrece en los restaurantes. Puedes pedir una pieza de fruta o, en su defecto, no pedir postre y tomar un té. Con los días lo notarás y te lo agradecerás.
No tocar el pan
El pan no falta en ninguna mesa a la hora de comer, pero no es necesario tomarlo. Intenta no coger ninguna de las rebanadas que se te ofrecen y llénate con hortalizas o verduras. Te sentirás igual al acabar la comida, y no habrás tomado esa cantidad innecesaria de hidratos de carbono.
Dejar algo en el plato
Si la porción que te han servido es generosa, procura no comerla toda. Lo ideal sería comer la cantidad que cabe en un plato de postre. Come más despacio para que la sensación de saciedad sea mayor.
Reducir las calorías de las otras comidas del día
Si no has podido resistir la tentación y has escogido algún plato con más calorías de las que deberías tomar, no te crucifiques, solo mengua la cantidad de calorías que ingieres en los otros, para que ese ‘cheat meal’ no sea una lacra durante tu dieta. Un consejo es tomar un yogur y una pieza de fruta para cenar y así compensar la cantidad de calorías de más ingeridas durante el día.
Comer toda la guarnición de verdura y menos carne
Sabemos que suele ser al revés: lo que más nos gusta no suele ser la guarnición. En este caso, deberías llenarte con las verduritas que colorean el plato. Es un truco infalible si lo que deseas es mantener tu línea.