RARO, RARO..
Con el calor, siempre apetece un helado. Refresca y es delicioso. Pero no siempre apetece el mismo sabor. Chocolate, vainilla, fresa, turrón, limón... Este sota, caballo y rey de la hace tiempo que se ha acabado y la baraja de sabores se ha abierto a menudo a creaciones que muchos darían por imposibles. Pero no, son reales, existen, y las puedes disfrutar a lametazos. La manera más divertida y sorprendente para olvidar la canícula por unos minutos.
Con el calor, siempre apetece un helado. Refresca y es delicioso. Pero no siempre apetece el mismo sabor. Chocolate, vainilla, fresa, turrón, limón... Este sota, caballo y rey de la hace tiempo que se ha acabado y la baraja de sabores se ha abierto a menudo a creaciones que muchos darían por imposibles. Pero no, son reales, existen, y las puedes disfrutar a lametazos. La manera más divertida y sorprendente para olvidar la canícula por unos minutos.
Vemos. Oggi Gelato, proveedora de El Vaticano en actos oficiales, tiene benditas creaciones como la de ricotta con naranja y chocolate siciliano de Modica. Novedoso y extraño, sí, pero siguiendo al dedillo la tradición artesanal italiana. Su primer y hasta el momento único local en España está en Barcelona (calle Comtal, 15).
Hay tanta innovación que el helado de mojito ya casi no sorprende, pero el de vermut con frutos del bosque y el yogur con amarena (cereza italiana) tiene su gracia aún, y eso lo saben en Sienna (Sancho Dávila, 29, y Narváez, 62), en Madrid. También en la capital, Napoli (avenida Ciudad de Barcelona, 19) se inventa los de queso Idiazábal, tomate, cerveza, aceituna negra, wasabi...La Romana (San Bernardo, 96; Rosario Pino, 6, y Paseo de la Habana, 27)), que usa leche fresca ecológica de granjas de la sierra madrileña, triunfa con el que ha bautizado como zabaglione (sabayón), hecho con vino dulce marsala.
Joan Roca (El Celler de Can Roca), que explota su imaginación más gélida en la cadena Rocambolesc (con establecimientos en Barcelona, Madrid, Platja d'Aro y su Girona natal) tiene polos con la forma de su nariz, con la cara de Darth Vader, con la mano de Jaime Lannister de 'Juego de Tronos' y con el torso del supermodelo Andrés Velencoso, pero además hace o ha hecho helados de rosquilla y vino dulce, de rosa e incluso de manzana... al horno.
En Barcelona, una de las mejores heladerías de Barcelona es Delacrem. Allí Massimo Pignata ha sido capaz de hacer uno de coca de Sant Joan para la verbena, de cereza, de jengibre, pero acaso los más punkies sean los Belgious (rambla de Poblenou, 44 y Avinyó, 50), pues tienen helados de sabores tan impensables como radicales: de cannabis, gintónic, cerveza negra, curri, vinagre de módena con frambuesas, mostaza antigua de Dijon, wasabi, gambas a la plancha, queso manchego, olivas, chocolate con queso de cabra... Siempre con ingredientes naturales, sin colorantes ni conservantes.
¿Y si además de buscar originalidad eres celiaco o verano? No pasa nada. Hay helados que no llevan leche. Es el caso de los que ofrece El Quiosc, en el macro espacio gastronómico El Nacional (Barcelona), que tiene el de aceite de oliva de primera prensada y el cremoso de frambuesa, orégano y aceite. Esta heladería también seduce la curiosidad y el paladar con otras rarezas como el helado de flan de huevo con caramelo o incluso el de carquiñoli, un pasta seca dulce típica de Catalunya que se elabora con la técnica del biscote e incorpora almendras.
Será por sabores rarunos...