MITO O REALIDAD
Muchas veces nos cuesta conciliar el sueño y recurrimos a medicamentos o simplemente esperamos a quedarnos dormidos, pero no lo conseguimos y pasamos la noche en vela. Esto puede ser perjudicial para nuestra salud, por lo que debemos de probar a tomar leche un poco antes de acostarnos para poder dormir mejor y así tener una vida saludable.
Seguramente has escuchado en numerosas ocasiones -sobre todo en niños- que tomar un vaso de leche antes de dormir ayuda a conciliar el sueño. Y te explicamos por qué no es un mito, sino que es una verdad comprobada.
Las personas que tienen problemas para dormir y que han probado todo tipo de soluciones, probablemente no hayan caído en la cuenta de que la leche es un gran aliado para ellos. No descansar bien puede ser un problema grave para nuestra salud, además de que supone no tener energía suficiente para afrontar el día. Por eso, es importante buscar una solución que nos ayude a este problema.
Y la solución más sencilla, natural y conocida es el vaso de leche. Tomarnos un vaso de leche antes de dormir puede ayudar a conciliar el sueño, y el motivo es porque contiene triptófano. Se trata de un aminoácido presente en la leche que, al ser absorbido por el cuerpo, se transforma en serotonina. Esta, a su vez, se transforma en melatonina, que es la hormona que nos hace sentirnos adormilados, lo que ayuda a conciliar el sueño de una forma más fácil.
Eso sí, cabe destacar que la absorción no es inmediata, por lo que habrá que dejar un tiempo de actuación antes de dormir. Es por ello que es recomendable que el vaso de leche lo consumamos justo después de la cena. Pero hay que tener cuidado con consumir azúcares, pues pueden provocar un aumento de glucosa en la sangre que dificulte nuestro sueño. También debemos evitar las comidas abundantes, ya que pueden dificultar la digestión y que así sea más difícil conseguir dormir mejor.
Más allá del sueño, hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo no produce por sí mismo triptófano, por lo que debemos obtenerlo en nuestra dieta. Este aminoácido está presente en variedad de alimentos, como el huevo, la carne o los frutos secos. Y, para que se absorba de forma eficaz, es necesario acompañarlo de alimentos ricos en hidratos de carbono.