Te has pasado y ahora toca hacer penitencia

Tengo un empacho como un piano, ¿qué puedo tomar?

Te advertimos, pero no nos hiciste caso: el último plato de cordero que te metiste entre pecho y espaldas era demasiado. Ahora penas porque te encuentras fatal. Tranqui, aquí van nuestros consejos para combatir el empacho.

Ay, ese polvorón traicionero.Flickr

Sí, mira el calendario. Solo es día 25. Es decir, han pasado apenas dos días y ya tienes la sensación de QUE NO PUEDES COMER MÁS. Es posible que tengas dispepsia o, como se dice vulgarmente, un empacho de caballo. Los síntomas son variados: sensación de hartazgo, pérdida de apetito, molestias estomacales... Pero, querido amigo, hay que seguir adelante. Aún quedan Nochevieja, Año Nuevo y allí en el horizonte, la llegada de los Reyes Magos.

Por eso, te vamos a dar siete alimentos que pueden ayudarte a sentirte menos lleno y a zampar un poquito más de huevo hilado, peladillas o Pan de Cádiz. Lo hacemos por ti.

Jengibre. Estamos hablándote de jengibre, efectivamente, pero no de las galletas con forma de muñequito ni de la casita decorada que suelen montar los yanquis por estas fechas. Esta raíz tiene grandes cualidades para facilitar la digestión, pero hay que tomarla sin azúcar añadido. A saber: puede rallarse en un vasito de agua o tomarse en forma de infusión.

Hinojo. Otra raíz que resulta mano de santo para cuando tenemos problemas estomacales. La clave está en el aceite que tiene y que resulta de tremenda eficacia. ¿Cómo tomarlo? Pues también en forma de infusión o, simplemente, masticar sus semillas para que nuestro estómago vuelva a ser lo que era antes de que comenzara la orgía navideña.

Sopita. ¿Cuerpo revuelto? Nada mejor para entonarnos que un caldito o consomé. El clásico remedio de la abuela puede ser también ideal en caso de empacho. La clave es que el caldo no resulte grasiento. Ejemplos perfectos pueden ser uno de ave convenientemente desgrasado o uno de verduritas con un toque de apio.

Limón. Unas gotitas de zumo de este cítricos disueltas en un vaso de agua con bicarbonato es un remedio muy recomendable cuando uno siente que le vienen las náuseas de la indigestión. Importante: que el agua esté tibia y repetir esta acción varias veces al día hasta que volvamos a encontrarnos con ganas de echarle el lazo a un langostino.

Vinagre de manzana. Aunque también sirve como alivio si ponemos una cucharadita en un vasito de agua, lo cierto es que esta fórmula funciona también para prevenir posibles problemas estomacales. Se aconseja tomarlo media hora antes de comenzar con el atracón de turno. Si ya recurrimos a él a posteriori, cualquier momento es bueno.

Menta. Un gran remedio contra las molestias estomacales es una infusión de menta. Además, favorece la síntesis del ácido biliar y, por tanto, mejora la digestión. Además, funciona como una sustancia refrescante.

Yogur. Ojo, no conviene que tomes lácteos, pero el yogur es una excepción. A diferencia de la leche, sí que resulta más fácil de digerir. Es un alimento probiótico que nos puede facilitar la digestión de todo lo que nos hemos metido entre pecho y espalda.