ALIMENTACIÓN SALUDABLE
El término "superalimento" ha ganado popularidad en los últimos años, promocionado como la clave para una salud óptima o un rendimiento físico superior. ¿Qué alimentos tienen esa etiqueta y por qué los llaman así? ¿Pero realmente lo son?
Por lo que leo últimamente, parece que con estossuperalimentos nos convertiremos en super woman o super man. Sin embargo, la realidad es tozuda y no existen alimentos que posean o nos aporten propiedades extraordinarias capaces de curar enfermedades, prevenir el envejecimiento o mejorar el rendimiento deportivo.
Marketing, puro marketing. Exagerar una propiedad en base a un nutriente en un alimento es (o debería ser) motivo de incumplimiento de la legalidad. La realidad es que no sólo no hay una definición científica ni una categoría legal de "superalimento", sino que su promoción puede llevar a una percepción distorsionada de la nutrición y la salud y eso es falta de ética y moral.
Según la publicidad nutricional, la quinoa es un superalimento porque nos aporta fibra, proteínas… y un montón de nutrientes superbeneficiosos, que sí, que está muy bien. Pero lo cierto es que hay muchos vegetales y legumbres que tienen las mismas características nutricionales que la quinoa (y que, por cierto, son más baratos, aunque eso ya es otra historia), como las lentejas (que si las pones con arroz ya tiene tantos aminoácidos como la quinoa y a mitad de precio), los garbanzos…
Los superalimentos son los alimentos naturales, no procesados y frescos. Ni más ni menos. Todo lo demás son trucos de la publicidad para que acabemos comprando lo que mejor le va al sistema, sin pensar en qué es lo que más nos beneficia a nosotros.
Por supuesto, entre los superalimentos encontramos muchos vegetales milagrosos que prometen mejorar nuestra salud de manera superlativa. Entre estas promesas, como era de esperar, hay numerosas mentiras y mitos que no debemos pasar por alto.
La mayoría forman parte de una dieta equilibrada y saludable. Alimentos como las bayas, el brócoli, las semillas de chía y el aguacate no tienen propiedades mágicas que los hagan excepcionales en comparación con otros alimentos.
Por supuesto que los tienen, el problema es que no tienes tú vida entera como para comer esos alimentos como para que esos nutrientes tengan un efecto en ti como para cumplir todas esas mejoras que prometen.
No tienes vida para comer cúrcuma y que tenga un efecto antiinflamatorio, para lo que sí tienes vida es para llevar una alimentación fundamentalmente antiinflamatoria basada en frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva, eliminando ultraprocesados y alcohol. Si haces eso, ya no te hace falta la quinoa.
Pero en nuestros días, necesitamos poner el nombre "super" a lo que sea, pero tengamos en cuenta que lo de los milagros es en otra puerta.
El problema con la noción de los superalimentos es que puede llevar a una simplificación excesiva de la dieta y la nutrición. Las personas pueden caer en la trampa de creer que solo necesitan consumir una selección limitada de alimentos etiquetados como superalimentos para obtener todos los nutrientes que necesitan, lo cual es incorrecto.
Una dieta saludable y equilibrada debe incluir una variedad de alimentos de diferentes grupos, que proporcionen una amplia gama de nutrientes esenciales para el cuerpo.
O peor, algunas personas pueden creer erróneamente que consumir grandes cantidades de superalimentos les protegerá de enfermedades o les dará una ventaja competitiva en el rendimiento físico. Sin embargo, la realidad es que ningún alimento por sí solo puede garantizar la salud o el rendimiento óptimo; es la dieta en su conjunto, junto con otros factores como el ejercicio y el sueño adecuado, lo que influye en la salud y el bienestar general.
Además, la idea de que ciertos alimentos son inherentemente mejores que otros puede llevar a una relación poco saludable con la comida. Las personas pueden sentirse culpables o deficientes si no los consumen, lo que puede contribuir a comportamientos alimenticios restrictivos o desordenados.
Es importante recordar que son los hábitos, los grupos de alimentos correctos y ninguno por separado, hará que se reduzca la posibilidad de enfermedades asociadas con la mala alimentación.
Cuando entran las modas y el marketing, los precios se disparan. Se etiquetarán productos comunes con este término para aumentar su atractivo y precio, aprovechando la creencia pública de que los superalimentos son esenciales para la salud. Esto puede llevar a una confusión y desinformación sobre qué alimentos pertenecen al conjunto de buenos hábitos de alimentación y cuáles son simplemente productos de marketing. Spoiler: si necesita promocionarse, será producto, no alimento.
Así que sí, los super alimentos tienen buenos componentes nutricionales, pero no, ni son alimentos milagrosos ni tienes vida para comer tanto como para que pudieran ofrecerte salud o mejor rendimiento.
En lugar de buscar soluciones rápidas, es más útil y efectivo adoptar un enfoque equilibrado de la alimentación, que incluya una variedad de alimentos frescos y naturales como parte de una dieta saludable y equilibrada.
Si no crees en Superman, ¿qué te hace pensar que sí iba a ser real un superalimento?