ZUMOS DE FRUTAS ENVASADOS, CEREALES INTEGRALES...
Los comes creyendo o bien que son sanísimos o bien que te ayudan a mantener la línea y ninguna de las dos cosas es cierta. Alerta con estos alimentos que se han ganado la fama de sanos y en realidad no lo son tanto. Aquí van cinco:
1- Cereales integrales. Ojo, que no nos referimos a todos los cereales integrales, que en realidad son, efectivamente, un desayuno fantástico. Hablamos de los típicos copos de cereales integrales que venden empaquetados y que, en líneas generales, suelen tener grandes cantidades de azúcar, por lo tanto ni son tan saludables ni tan ligeros como prometen (y como nosotros creemos). Lo mismo ocurre con las grandes cajas de cereales infantiles, de arroz inflado o maíz, entre otros, que aparecen como desayunos completos y saludables para los más pequeños y en muchas ocasiones no son más que una fuente de azúcar, calorías y grasas saturadas.
2- Zumos de frutas envasados. Al igual que ocurre con los cereales, es conveniente leer las etiquetas de los zumos para asegurarlos del verdadero porcentaje de fruta natural que llevan y la cantidad de azúcar y aditivos. Incluso los que se venden como más saludables y naturales suelen llevar aditivos para evitar su oxidación y grandes cantidades de azúcar o edulcorantes.
3- Alimentos 'light'. Si bien es cierto que este tipo de alimento tiene menos calorías que su versión tradicional, también lo es que para conseguir un sabor en condiciones se suele recurrir a grandes dosis de saborizantes, colorantes y en muchas ocasiones edulcorantes artificiales. Es mejor reducir calorías por otro lugar que sustituir la margarina por margarina 'light'. ¿Y si desayunamos una pechuga de pavo?
4- Embutidos. Todavía muchos tenemos en la cabeza que la merienda ideal, especialmente para los más pequeños, es un bocadillo. Que hay que evitar bollería y galletas y optar por un buen bocata. Pues bien, esta afirmación tiene numerosos matices, ya que, para empezar, el pan blanco ultracongelado que solemos comprar en el súper es una fuente de azúcares y aditivos, mientras los embutidos llevan gran cantidad de grasas saturadas, cuyo consumo abusivo es un riesgo para nuestra salud cardiovascular. Evidentemente, no pasa nada por comer esporádicamente un buen chorizo o un salchichón, pero no lo utilicemos como merienda diaria creyendo que estamos comiendo salud. Si hemos de elegir, mejor pechuga de pavo o, si el cuerpo de verdad nos pide embutido, un buen jamón ibérico.
5- Margarina. La compramos como alternativa a la margarina pensando que es más saludable y lo cierto es que tiene muchas grasas trans, que elevan el colesterol "malo" y reducen el bueno. Además, tiene el mismo número de calorías. Puestos a elegir, no hay duda: siempre mantequilla.