Una nueva y muy loca tendencia en Instagram
Se trata de coger un trozo de pan y poner tu cara encima para que entre en contacto con la miga y la corteza. ¿Qué aporta? Pues una manera de 'experimentar' hidratos de carbono que no implique comerlos necesariamente. ¿Mola o no? Os lo contamos.
Hola, amigos de las modas absolutamente injustificables. Hoy os traigo una historia verdaderamente bella y que puede inspiraros a muchos de vosotros a compartir con el resto del mundo vuestra locura e incluso a ganaros la vida con ella. ¿Que amáis abrazar señales de tráfico por la calle? Avanti. ¿Vuestro rollo es aullar como un perro en celo cada vez que pisais la sección de perfumería del hipermercado? A ello. Vuestro ejemplo a seguir debe ser Bread Face, la usuaria de Instagram que se dedica a colgar vídeos en los que restriega su jeto contra pan.
Eh, sí. Su cara. Su nariz, sus mofletes, sus ojos, sus mejillas... Esta chica lo hace contra rebanadas de pan de molde, contra trozos de pan con canela, contra pan de hamburguesa e incluso contra croutons. ¿Por qué? Da pocas pistas, pero lo cierto es que, para ella, es una experiencia entre sensual y mística. Su afición ha creado un hashtag (@breadfacing) y una multitud de seguidores. Algunos de sus vídeos tienen más de 3.300 'me gusta' y más de 2.000 comentarios. Al parecer, su intención es la de 'experimentar' de otra manera los hidratos de carbono. Vamos, que en lugar de comérselos, se los restriega por la cara.
Pero, ¿mola o no? Hemos querido emular a esta heroína del arte contemporáneo con vídeo y hemos hecho lo mismo que ella. Para ello, hemos recurrido a una obra maestra del pan, una hogaza de León de trigo hecha con masa madre. La hemos rebanado y hemos dejado caer nuestro careto sobre ella. Lo primero que hemos notado ha sido la miga, lógicamente, suave y ligeramente húmeda que se pegaba a la superficie de nuestra cara. Hemos pasado las mejillas, los labios e incluso la nariz. Al levantar el rostro, algunas migas que se habían quedado adheridas han caído despacito... ¿Que poético, verdad? Así es la vida de los 'breadfacers'. Sobre si esto ha colmado mi necesidad de comer pan, diría que no: después de hacer esto, me he acabado hincando un bocata.