Quel el dorado no se vaya

¿Quieres conservar el bronceado? Cómete estos ocho alimentos y lo lograrás

Huevos, aguacate o, sí, zanahoria: aquí va una lista de ocho alimentos capaces de apuntalar ese bronceado que tantas horas en la playa nos ha costado lograr.

Ese bronceado hay que mantenerlo... como sea.Wikipedia

Lo conseguiste. A base de una combinación mágica de ir andando por la calle en los días previos a vacaciones + tomar el sol con sabiduría + montar en bici + hacer un poco de senderismo (entre otras cosas), has logrado echarte encima todo el oro del sorteo de la Cruz Roja. Resumiendo: estás bronceado/a. Ahora toca volver a la rutina preotoñal y te preguntas cómo podrías lograr mantener ese tono que hace que parezcas un anuncio de protector solar viviente. La comida juega un papel importante también en este caso. Te 'recetamos' ocho comidas para que llegue noviembre y tu color siga ahí, petándolo.

Agua. Lo más importante para que el bronceado no se vaya (vuelveeeee, vuelveeee...) es beber agua como si aún estuvieras en los meses más calurosos del año. Cuando la piel se seca, tiende a desescamarse, pero un trago de agua nos ayuda a mantenernos hidratados y, por tanto, a que nuestra piel ideal de la muerte se quede donde está.

Aguacate. Nuestro amigo el aguacate, con su increíble mezcla de vitaminas, minerales y grasas buenas, es capaz de hacer que nuestra piel luzca radiante y que permanezca hidratada todo el tiempo (como con el agua, ¿recuerdas?). Lo bueno del aguacate es que puede tomarse en cualquier momento del día, incluso en el desayuno: pruébalo untado sobre una tostada de pan.

Almendras. Además de ser ricas en Omega 3 -grasa buena-, las almendras contienen tirosina, un aminoácido que estimula la producción de melatonina en nuestro cuerpo y, por tanto, impulsan ese bronceado que tanto te ha logrado conseguir. Aunque son unas grandes aliadas, consúmelas con moderación y siempre en crudo si no quieres ganar peso.

Salmón. Este pescado es rico en grasas buenas, al igual que el aguacate y las almendras. También nos ayuda a producir melatonina de manera natural, con lo que se convierte en uno de nuestros principales aliados a la hora de defender ese tostadito rico de nuestro cuerpo serrano. Si lo tomamos en papillote con verduras, por ejemplo, tendremos un plato completo.

Zanahoria. Se trata del alimento que más se ha asociado tradicionalmente al bronceado y hay una razón para esto. Su alto contenido en betacaroteno, un compuesto que ayuda a nuestra piel a ganar color, es el responsable. También se encuentra en el mango o en la calabaza, así que allí donde veas naranja ya sabes que encontrarás un aliado para tu piel.

Aceite de oliva. Un hidratante natural de nuestra piel que es capaz, al igual que el agua, de evitar que se nos seque y que se nos vaya esa capa exterior dorada que es la envidia de amigos y familiares. Si volvemos del verano con la rutina de tomar ensalada a diario seguramente podremos hacer que nuestro bronceado se mantenga durante más tiempo.

Huevos. Más tirosina: el consumo de huevos puede hacer que, una vez más, la melatonina aparezca en nuestro cuerpo. Introducir este alimento, ya sea cocido, frito o en tortilla, puede resultar de gran utilidad para que el colorín veraniego se prolongue... Además, la yema también contiene calcio, que puede ayudarnos a que nuestra piel luzca menos seca.

Salvado de trigo. Es una gran fuente de vitamina E que va a ayudar a nuestro cuerpo a aumentar la producción de melatonina. Además, la capa exterior del grano de trigo nos ayuda a controlar nuestro peso. Un poco de salvado de trigo en los cereales del desayuno, el yogur o una ensalada y habremos logrado nuestro objetivo final: ser dioses/diosas griegos/as hasta que comience la caída de la hoja.