El azúcar se parece a la cocaína
Un estudio pone los efectos del queso al mismo nivel que los de la heroína. Esto nos hace preguntarnos, ¿es la comida la nueva droga? Y, más importante, ¿va a acabar quedando algo que podamos manducar?
Hay un sketch de Monty Python Flying Circus en la que personas adultas se disfrazan de ratones para dar rienda suelta a una de sus adicciones más fastidiadas: manducar queso. Malditos visionarios: es de 1969 y ahora un estudio nos avisa de que el queso puede ser tan adictivo como la heroína. ¿Cómor? Pues eso.
Al parecer, el problema reside en la manera en la que se procesa el queso: el hecho de que sea rico en grasas lo hace inmediatamente adictivo. El estudio, realizado por la Universidad de Michigan y publicado en el 'journal PLos One', establece la dependencia que puede provocar el queso en nuestro cerebro.
Pero no es la primera vez, ni será la última, nos tememos, en la que una comida se asimila a una droga. ¿Más ejemplos? Yeah. Hace no demasiado la tarta de queso fue comparada con la cocaína por sus efectos sobre nuestra materia gris. ¿El motivo? el azúcar. Al comparar el cerebro de un adicto con el de una persona obesa, los científicos observaron que el comportamiento era similar y que la dopamina se generaba, en ambos casos, antes de que la sustancia, ya fuera cocaína o azúcar, llegara al cerebro.
Pero hay más: numerosos estudios señalan que el chocolate y la marihuana comparten similitudes. El chocolate contiene anandamida, una sustancia muy parecida al THC, el compuesto químico que se encuentra en la marihuana. Los dos activan el mismo receptor que provoca que se segregue dopamina, asociada a la sensación de placer. La anandamida se encuentra de manera natural en nuestro cuerpo, aunque se degrada de manera muy rápida.