PARA LOS AMANTES DEL QUESO
El queso es un alimento que lo odias o te encanta. Si eres de estos últimos, te tenemos que decir una cosa: eres turofílica, es decir, que eres una amante del queso. En el artículo de hoy aprenderás qué es la turofilia, una preferencia que va más allá de simplemente disfrutar del sabor de este delicioso ingrediente.
¿Eres de esos que le vuelve loco el queso? Pues que sepas que tienes un nombre: turofílico. La palabra es rara, sí, además no está ni en el diccionario de la Real Academia Española, pero existe y hace referencia a todos los que sienten una pasión total, con mayúsculas, por el queso.
La turofilia implica una fuerte atracción hacia el queso y hasta dependencia de él. Se le suma que es un alimento que se integra fácilmente con una amplia variedad de productos y platos diarios, por lo tanto, se puede decir que es una adicción difícil de superar debido a la versatilidad del queso. Y es que esto pasa con pocos ingredientes, pero el queso se puede utilizar tanto en recetas dulces como saladas y, por ello, es perfecto para cualquier ocasión.
Pero la turofilia implica también un interés profundo en la diversidad de quesos, sus procesos de producción, su historia y su incorporación en la cultura culinaria. En otras palabras, que eres un "friki" del queso.
Los turofílicos les encanta introducirse en el apasionante mundo de los quesos, que es más complejo de lo que parece. Se deleitan al descubrir las sutilezas de cualquier queso, experimentando con su sabor y olor, normalmente acompañados por una copa de vino.
Exploran la amplia cantidad de variedades de queso que hay en el mundo: brie, roquefort, parmesano, cheddar... Todos.
Pero la gracia de la turofilia es que puede llevarse de diversas maneras, desde ir a comprar quesos artesanales en ferias de pueblo o ir a una experiencia gourmet con estrellas Michelín.
Además, hay quiénes entran al 100% en este mundo: aprenden la elaboración completa del queso, visitan queserías, participan en degustaciones guiadas, leen libros sobre el tema o hasta estudian la historia del queso.
El queso es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, especialmente en España. Pero todos sabemos que algo en exceso, nunca es bueno. Por lo tanto, ¿es malo para la salud comer tanto queso?
En dosis moderadas, el queso puede aportar proteínas, minerales (como el calcio y el fósforo) o vitaminas (como la A, la B12 o la niacina). Es fácil pasarte de la raya: la presencia de caseína hace que comparen este producto lácteo con una droga.
Pero nada es blanco o negro. Con esto no queremos decir que el queso sea muy malo para nuestra salud, es solo que se tiene que vigilar la cantidad ingerida de cada día. Hay variedades de quesos muy grasos y muy calóricos, por lo que debes de estar atento y no abusar de él.
Aun así, no todos los quesos son iguales. Por su composición, el queso fresco, el queso feta, la ricota, el requesón, la mozzarella, la burrata o el parmesano son algunas de las alternativas más saludables.
Ahora, después de saber toda esta información, ¿te consideras un turofílico?