Tiene 7.000 años de antigüedad
Sobre todo se consume en forma de pan, pero también en cereales o barritas energéticas. Es muy fácil de digerir, mejora la piel y repara los tejidos, entre otras muchas virtudes.
Su nombre oficial es 'Triticum aestivum' y empezó a cultivarse en Irán hace al menos 7.000 años, aunque no llegó a Europa hasta la Edad Media. En poco tiempo se convirtió en un cereal muy apreciado gracias a su capacidad para adaptarse a climas fríos y húmedos, por lo que su cultivo se extendió rápidamente por Centroeuropa.
Sin embargo, con el tiempo y la mecanización agrícola, el trigo fue ganando terreno y la espelta cayó en el olvido, debido entre otras cosas "a su pequeño tamaño y a lo difícil que es su panificación", comenta Moncho López, propietario de las panaderías Levadura Madre. Sin embargo, desde hace un tiempo, es uno de los cereales recuperados y que vuelven a utilizarse por sus muchas cualidades, entre las que destacan las siguientes:
Es de fácil digestión. "La espelta es un cereal que contiene gluten, pero es un gluten débil y esto es precisamente lo que hace que su digestión sea más sencilla” añade Moncho.
Fuente de minerales y de vitaminas. A esto se suma que la espelta, o escanda como se la conoce en Asturias, contiene magnesio, calcio, selenio, hierro, manganeso y zinc, además de betacaroteno, vitamina E y vitaminas del complejo B, especialmente niacina, que está especialmente indicada para los problemas digestivos. "Favorecen el sistema nervioso y sobre todo el metabolismo, transformándose en energía. Esto es particularmente importante si practicas un deporte de resistencia", señala la 'health coach' Rocío Río de la Loza.
Mejora la piel. Río de la Loza explica que el consumo de espelta dentro de una dieta equilibrada "disminuye la aparición del acné". En esta línea, este grano completo también favorece la desaparición de las cefaleas y ayuda en la prevención del estrés, provocando la no aparición de sus síntomas en nuestra piel.
Menos calórico y libre de alergias. El pan elaborado con espelta aporta menos calorías que el elaborado con la harina de trigo clásica y su consumo diario ayuda a disminuir los niveles de colesterol y regula el metabolismo. Causa menores problemas alérgicos que el trigo y gracias a su alto contenido en triptófano estimula la producción de serotonina.
Repara los tejidos del organismo. La presencia de ácido silícico y de magnesio en la espelta, dos de los nutrientes más importantes para nuestro organismo, la convierten en un alimento clave dentro de una dieta saludable. "La espelta repara nuestros tejidos y fortalece el sistema inmunológico", incide Río de la Loza.