SEGURIDAD ALIMENTARIA
Esta práctica puede tener riesgos para la salud, además de comprometer la calidad del alimento.
Los menús de la semana pueden sufrir variaciones en función de los imprevistos que vayan surgiendo. Comidas de trabajo, una cena improvisada con amigas, la ausencia de los hijos… Estas situaciones pueden alterar el programa de comidas que teníamos planeado y, por ende, la preparación de las mismas. De este modo, el hecho de ir descongelando comida y volver a congelarla (especialmente los alimentos perecederos, como la carne) se ha convertido en un clásico.
Ahora bien, hemos escuchado varias veces que no es bueno volver a congelar un alimento después de descongelarse. Pero, ¿Es esta afirmación cierta? ¿Cuáles son los riesgos reales de congelar la carne más de una vez? Lo averiguamos en este artículo.
¿Qué pasa cuando congelamos un alimento?
El proceso de congelación se produce de esta manera. Cuando un alimento se congela su composición de agua se transforma en hielo. Este ocupa más espacio que el agua, por lo tanto, rompe las paredes de las células que contienen el alimento.
Cuanto más tarde el producto en congelarse, más se rompen y más propiedades pierde. Por esta razón, es conveniente una congelación rápida, ya que de esta forma el hielo no tiene tanto tiempo de crecer.
En este sentido, es mejor congelar piezas pequeñas para que la congelación llegue lo más pronto posible al interior del alimento. Si conseguimos mantener la cadena de frío, los alimentos mantendrán sus propiedades durante varios meses. Podemos saber si se ha roto la cadena de frío cuando vemos que hay trozos de hielo en el exterior del producto. Cuando esto pasa, es probable que el alimento cambie de textura.
¿Se puede descongelar dos veces?
La respuesta es no y se debe al crecimiento de los microorganismos. La congelación inhibe la multiplicación de los microorganismos, pero estos vuelven a proliferar cuando se descongela.
De esta forma, si congelamos y descongelamos múltiples veces, estaremos guardando alimentos con más carga microbiana que en un inicio. El agua es el caldo de cultivo perfecto para que los microorganismos se multipliquen, por lo que el alimento ya no es tan seguro para el consumo. Esta mala práctica puede causar enfermedades causadas por alimentos, con síntomas como vómitos, debilidad, deshidratación, diarreas y dolor de cabeza.
Motivos más allá de la salud
Además de la razón relacionada directamente con la salud del consumidor, existen otros motivos de peso que comprometen al producto:
Propiedades nutricionales alteradas
Cuando el agua de los alimentos se convierte en hielo forma microcristales. Estos rompen la estructura interna del alimento, perjudicando su textura. Además, en la descongelación el producto no es capaz de retener toda el agua que desprende, que también concentra nutrientes.
Cambios en la textura
Aparte de los microcristales que rompen los tejidos, la gran cantidad de líquido que suelta en la descongelación provoca que el alimento sea cada vez más seco.
¿Cómo se descongela correctamente?
Nada de dejar los alimentos descongelando en la encimera de la cocina a temperatura ambiente. La mejor manera de hacerlo es dentro de la nevera para proteger el alimento del desarrollo de bacterias.
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