OPINIÓN EXPERTA
Descubre el motivo por el que deberías comer frutas antes de las comidas, de la mano de Naomi Collazo, experta en nutrición y dietética. Desde su efecto saciante hasta su influencia en la digestión y absorción de nutrientes, te explicamos cómo esta simple práctica puede marcar la diferencia en tu salud.
La fruta es uno de los alimentos que más nutrientes, vitaminas y minerales esenciales nos aporta y que contribuyen a nuestra salud general. Pero, ¿sabías que el momento en que consumes este alimento también puede marcar la diferencia? En este artículo, exploraremos por qué comer fruta antes de las comidas puede ser una elección inteligente para tu bienestar.
En el mundo de la nutrición, la pregunta sobre el momento ideal para consumir frutas ha sido objeto de debate. La experta en nutrición y dietética, Naomi Collazo, nos ayuda a entender por qué elegir disfrutar de frutas antes de las comidas podría ser beneficioso para nuestra salud.
Las frutas, repletas de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, son esenciales para cualquier dieta equilibrada. La cuestión central es si el momento de su consumo afecta sus beneficios nutricionales. Naomi destaca que, ya sea antes, durante o después de las comidas, las frutas aportarán a nuestro cuerpo exactamente los mismos nutrientes. Sin embargo, señala una diferencia clave: el consumo entre comidas puede generar un efecto saciante y puede ayudarte a controlar tu apetito. "La fibra presente en las frutas te hace sentir lleno y satisfecho, por lo que cuando llega el momento de la comida principal, es más probable que elijas porciones más pequeñas y evites el exceso de calorías".
Además de su efecto saciante, el momento de consumir frutas antes de las comidas puede influir en la digestión y absorción de nutrientes. Consumir una fruta sola con el estómago vacío, especialmente aquellas con alto índice glucémico, como podrían ser la piña, la sandía, las pasas, o el melón, puede provocar una rápida elevación de la glucosa en sangre. Sin embargo, la combinación de frutas con alimentos proteicos, como queso o yogur, puede modular esta respuesta glucémica, una consideración valiosa para aquellos con preocupaciones relacionadas con la diabetes.
Otra ventaja es que las sustancias ácidas en la fruta estimulan las secreciones estomacales y facilitan la digestión. Comer fruta antes de las comidas puede preparar tu sistema digestivo para recibir los alimentos más pesados que vendrán después. Además, las enzimas naturales presentes en las frutas ayudan a descomponer los alimentos y a mejorar la eficiencia en la absorción de nutrientes.
En cuanto al tipo de frutas recomendadas, Naomi destaca la importancia de la variedad para garantizar la obtención de una gama diversa de vitaminas y minerales. No hay frutas "mejores" o "peores" antes de las comidas; la clave radica en la diversidad nutricional.
Respecto a la cantidad adecuada, se sugiere generalmente de 2 a 3 raciones diarias de frutas, distribuidas a lo largo del día. Cada ración equivale a una pieza de fruta grande o dos piezas más pequeñas. Este equilibrio proporciona beneficios nutricionales sin sobrecargar la digestión.
Es importante destacar que, aunque comer frutas antes de las comidas tiene múltiples beneficios, hay situaciones en las que no se recomienda esta práctica. Personas con problemas digestivos pueden experimentar malestares. Naomi asegura que estas personas "podrían tener más gases o malestares estomacales al consumir ciertas frutas con el estómago vacío", mientras que aquellos con diabetes deben tener cuidado con los picos de azúcar.
En estos casos, es recomendable acompañar las frutas con alimentos proteicos o lácteos para minimizar los posibles efectos adversos. Esto se debe a que estos alimentos ralentizan la subida de glucosa en sangre. Otra opción es que se opte por consumir frutas más acuosas y/o de menor acidez, para una mayor tolerancia.
Es importante recordar que cada persona es distinta y en ocasiones hay que evaluar de manera individual qué podría ser más conveniente para una persona en particular.