ANOTA ESTE INGREDIENTE INDISPENSABLE YA PARA MUCHOS CHEFS
Es, sin duda, un superalimento por sus numerosísimos beneficios para la salud, pero conviene no excederse con ella. Tan buena es esta planta que son muchos ya los que la consumen en cápsulas como complemento dietético por sus propiedades anticancerígenas, analgésicas y antiinflamatorias, entre otras.
La cúrcuma es una planta que se halla fundamentalmente en el Sudeste Asiático, aunque también en zonas de la Polinesia, y es su rizoma (un tallo subterráneo muy similar al del jengibre) el que se utiliza como especia, en polvo, en numerosas culturas. Su intenso color amarillo hace que muchos productos que compramos en el súper incorporen la cúrcuma como colorante, catalogado por la Unión Europea como E-100, y que sea uno de los principales ingredientes del curry, muy habitual en la India y en otros países asiáticos. De hecho, la ciudad de Sangli, al sur de la India, es la principal productora mundial de esta especia que durante muchos años se ha utilizado principalmente como colorante textil.
De hecho, hallamos textos de más de 2.000 años de antigüedad de medicina ayurvédica en los que figura la cúrcuma por sus numerosas propiedades medicinales, pues durante siglos ha sido muy común su uso tópico, dados sus múltiples beneficios dermatológicos, tanto para la ictericia como para las urticarias o la psoriasis, entre otras afecciones de la piel.
Desde hace unos años, esta especia ha ido ganando terreno en occidente, donde son muchas las personas que la ingieren a diario para beneficiarse de sus múltiples propiedades. Pese a que su sabor es potente, lo mismo que su color amarillo, lo cierto es que la cúrcuma sienta bien a numerosos platos: una cucharadita nos puede alegrar cualquier guiso, una ensalada (es perfecta para vinagretas) y hay quien ya no concibe una arroz sin añadirle su dosis de cúrcuma reglamentaria.
¿Por qué es tan saludable? En primer lugar estimula las secreciones digestivas, de manera que se convierte en el complemento ideal para aquellas personas que tienen digestiones lentas y pesadas. Además, ayuda a mantener el ph gástrico. Pero los beneficios para el aparato digestivo no acaban aquí: la cúrcuma ayuda a eliminar los gases del intestino, de manera que todas aquellas personas que sufren frecuentes cólicos flatulentos hallarán en el consumo regular de esta especia uno de sus mejores aliados.
La cúrcuma contribuye, además, a reducir el colesterol y los triglicéridos, además de ser un potente antiinflamatorio. También destacan sus beneficios para el hígado e incluso existen estudios que verifican el papel de la cúrcuma en la eliminación de piedras en la vesícula biliar. Otros estudios recientes, por su parte, demuestran que es, aparte de todo lo expuesto, un anticancerígeno natural, especialmente indicado en casos de cáncer de piel o de mama.
La Medicina Tradicional China, por otra parte, ha prescrito esta planta para pacientes en épocas de fuerte estrés, nerviosismo o épocas de depresión leve, como las asociadas a cambios de estación.
Pese a que su uso culinario no suele presentar ningún efecto secundario, no es aconsejable, sin embargo, consumir grandes dosis de cúrcuma sin consultar antes con un experto, pues se han hallado efectos adversos tras un consumo muy elevado, como el aumento de la fotosensibilidad, por ejemplo. También se han registrado propiedades anticoagulantes, siempre, insistimos, tras una ingesta prolongada y en dosis muy elevadas de este producto.