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El tamaño del vaso, la fecha de producción y la variedad, son algunos de los factores que influyen en el contenido calórico de estas bebidas.
Todos sabemos que, si queremos no hacer peligrar nuestra dieta y mantenernos a raya con las calorías, lo mejor es beber agua. Sin embargo, cuando llega un día especial que llevas mucho tiempo esperando quieres salirte un poco de tu rutina y darte uno o más caprichos.
Llega un evento especial y la primera pregunta que nos hace el camarero que nos va a entender es: ¿Quiere algo para beber? En ese momento nuestro pensamiento se divide, el camarero nos mira con paciencia y la copa de vino y la de cerveza empiezan a dar vueltas por nuestra cabeza.
Es cierto que estas dos bebidas son las más populares, pero también influyen directamente en nuestra dieta, pues, evidentemente, engordan más que una botella de agua. Si para ti las calorías son algo determinante, te explicamos qué bebida hará tambalear menos tu dieta.
Una cuestión de tamaño
Desafortunadamente para muchos, todas las bebidas alcohólicas tienen muchas calorías. Sin embargo, el contenido calórico de cada una de ellas es diferente.
Se suele pensar que la cerveza engorda más que el vino, pero realmente esa sensación de pesadez que te deja la bebida de cebada o de trigo no tiene nada que ver con las calorías, sino con los gases.
Así, si tomamos de referencia 100 ml de cada una de estas bebidas, observamos que el vino tiene 70 calorías y la cerveza 50 calorías. Eso sí, la cerveza normalmente se sirve en un volumen mucho mayor que el vino. Por lo que sí, el tamaño es determinante para decidir.
En resumen, ante la decisión entre una jarra de cerveza y un catavinos, la respuesta es sencilla: la cerveza engorda más, pero no porque sea una bebida más calórica, sino por su recipiente.
Factores que influyen en el contenido calórico
No solo depende del volumen, sino también de la forma que tengamos de consumir la bebida. Mientras la cerveza se suele consumir rápido y se ha convertido en un "must" a la hora de socializar, el vino se consume de forma pausada y se reserva para pequeños aperitivos.
En cuanto a este último, hay varios factores que afectan al contenido calórico de una copa de vino. Así, cuanto más joven sea el vino, más calorías tendrá, pues conservará una mayor cantidad de azúcar. Por otro lado, también depende de la variedad del mismo, siendo el vino blanco más calórico que el tinto.
Espero que estos apuntes faciliten tu decisión a la hora de decidir qué quieres tomar, pero recuerda que la vida está para disfrutarla y que de vez en cuando no está nada mal olvidarse de la dieta y tomar lo que de verdad te apetezca.
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