6 refrescos, 6 maridajes

Maridajes con refrescos: no sólo de vino vive el hombre

¿Quién dijo que no se puede maridar con refrescos? Desde que empezamos a considerar la cerveza una bebida gastronómica, desde que el cava se convirtió en el mejor amigo del sushi y hasta el más conservador cena con mezcal, es nuestra obligación considerar los refrescos como grandes candidatos para maridar nuestros platos. Nos lo cuentan desde la Asociación de Bebidas Refrescantes y aprendemos muchas cosas.

¿Quién dijo que no pueden maridarse? Cocinatis

El maridaje. Ese ‘must’ para todo ‘foodie’. Esa necesidad para cualquier gourmet. Ese vino, ese blanco, ese tinto, ese espumoso, ese licor que tan bien va con ese pescado, con esa carne, con ese postre. Pero, ay, amigos, ¿a alguien se le ocurriría acompañar la comida con un refresco? Pocos, muy pocos en la comunidad gastro se atreverían a levantar la mano y decir que hay bebidas que no le van mal a ciertos platos, so pena de quedar como unos listillos.

Nosotros vamos a arriesgarnos y vamos a proponeros algunos maridajes. Eso sí, no lo hemos hecho así como así, sino que hemos ido de la mano de la Asociación de Bebidas Refrescantes, y con los consejos el sommelier José Ángel Sierra, jefe de estudios y responsables de relaciones externas de la Escuela de Hostelería de Madrid, os proponemos estos. Nunca se sabe cuándo podréis echar mano de esta lista. Algún día no podréis beber alcohol porque estaréis tomando alguna pastilla…

Pero sobre todo, para disfrutar bien de un refresco, servidlo entre 4 y 8 grados para percibir mejor aromas y sabores, usad hielos macizos para que no se derritan y agüen la bebida… Y para rizar el rizo, un truco: introducid el mango de una cuchara en la botella y verted el líquido poco a poco en el vaso a través de la cuchara; de este modo las burbujas no se romperán y será más efervescente.

Ahí van los maridajes.

Bitter. Unas tortitas de mojama de atún, con aceite de oliva virgen extra y un toque de pimienta le van de maravilla. Esta bebida combina sabores dulces y amargos, lo que le permite encajar con frutos secos, platos con reducciones con vinos olorosos o incluso fajitas.

Gaseosa. Decía el tipo del anuncio que si no había gaseosa, se largaba. Le ponemos gaseosa al señor, pero qué le damos de comer. Pues un salmón relleno de rúcula y parmesano le irá bien. El carbónico (las burbujas) ayudan a limpiar la grasa del salmón.

Cola. Sierra nos da a probar una mousse de foie empanadito en frutos secos sobre un pan de especies y reducción de brandy. La intensidad de la cola pide platos de sabores potentes como carnes rojas a la parrilla, foies, patés especiados y ahumados de pescado. Esta propuesta la aguanta perfectamente.

Limón. El plato escogido es una caballa macerada con brotes de apio. El limón ayuda a integrar los sabores. Hacen buena pareja con creaciones que llevan vinagres balsámicos, mahonesa o mostaza, así como pescados fuertes y fruta. Si es lima limón, podéis probar con sushi, ensalada de legumbres y macedonia de frutos del mar.

Naranja. Aquí la propuesta son unas brochetas de frutos rojos: moras, arándanos, fresas, frambuesas y grosellas. ¿Por qué? Pues porque sus notas cítricas congenian con las frutas, pero también resisten la ‘competencia’ con sabores fuertes como vinagretas con miel, especias fuertes y ensaladas.

Tónica. Sierra sirve unas bolitas de chocolate rellenas de mango. La tónica tiene un sabor amargo, y eso combina con frutos secos, aceitunas, ahumados, conservas y frituras de pescado, pero también con el amargor del chocolate.