Es sana, afirman los nutricionistas
Que se abra la mano al consumo de manteca de cerdo revela cuánto ha cambiado la cosa: las grasas vuelven a estar admitidas en la dieta.
La grasa. ¡Oh, la grasa! En los 80 y en los 90, fue la gran señalada por dietistas y nutricionistas como el mayor mal de nuestra sociedad. Ahora, en cambio, lleva unos años restaurando su maltrecha reputación. Todo empezó con el prestigio creciente del aceite de oliva virgen extra y de ahí han venido la recuperación de la mantequilla, la moda del aguacate y, ahora, es el turno de la manteca de cerdo.
La nutricionista Jo Travers, de la Asociación Dietética Británica, asegura que la manteca, a pesar de estar hecha de grasa de cerdo, contiene las llamadas grasas "buenas" conocidas como grasas monoinsaturadas que estudios previos han demostrado que pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol malo. Aunque investigaciones anteriores habían relacionado las grasas no saturadas con la enfermedad cardíaca, las más recientes sugieren que comer grasas saludables no saturadas podría mejorar la salud del corazón.
De hecho, Travers incluso sugiere que podría ser mejor para nosotros que la mantequilla. Es decir, que podemos untarla sin miedo tanto en bandejas de barro de asados como meterla en postres como mantecados... "La manteca en realidad tiene muchas grasas monoinsaturadas y esa es la grasa saludable para el corazón", explica Travers, que añade que se trata del tipo de grasa que conviene incluir en la dieta. No obstante, también puntualiza que hay que distinguir entre la que se compra en la carnicería y la que se puede encontrar en los supermercados. Esta última podría tener añadidos que no la hiciera tan sana. "Si dice hidrogenado en la etiqueta, debe evitarse".
Aunque esto abre la mano a que comamos manteca de cerdo con menos culpabilidad, los nutricionistas recuerdan que se trata de añadir un poquito en la comida y no ponerse a meter la cuchara como si no hubiera un mañana. Al fin y al cabo, se sigue tratando de grasas saturadas y son calóricos. No obstante, hay que recordar que incluso el aceite de oliva birgen extra tiene muchas calorías y engorda...