POR ESO NO HAY QUIEN SE LA COMA, LOSER

Llevas toda la vida haciendo mal la crema de verduras

Están las cremas que te pides en los restaurantes, las que hace tu abuela y luego está esa cosa terrible, grumosa, triste y, en el mejor de los casos, insípida, que te preparas tú. Y decimos en el mejor de los casos porque en el peor su sabor suele ser infame, algo que puedes evitar si dejas de cometer estos errores que llevas años repitiendo.

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1- No doras las verduras. Si lo que has hecho toda la vida es meter las verduras en una olla con agua y más tarde triturarlas, deberás saber que todo es un poco mejor cuando doras las verduras previamente en la olla con aceite de oliva o mantequilla, siempre con puerro o cebolla y un toque de ajo, si lo deseas. Este doradito inicial hará que el resultado final, ya sea crema o puré (algo más denso) sea muchísimo mejor.

2- No utilizas caldo de verduras o ave. Está claro que no siempre hay tiempo y que en ocasiones tenemos que utilizar agua mineral, pero desde luego nuestras cremas tendrán un toque de distinción si en lugar de agua utilizamos caldo de pollo o de verduras. En el súper existen numerosas marcas que ofrecen caldos buenos, sin aditivos y a buen precio, que podemos tener siempre en la despensa para estos menesteres. Otra opción es tener siempre a punto en el congelador nuestro caldo de verdura o pollo casero para añadir a la crema siempre que lo necesitemos.

3- No las hierves lo suficiente. La verdura de las cremas no debe quedar al dente, pero también es interesante que no nos pasemos con la cocción. El tiempo de cocción depende siempre de las verduras que estemos utilizando, pero en general bastarán unos 20 minutos para que queden perfectas.

4- No utilizas especias. Sin abusar, un toque de especias siempre quedará estupendamente en nuestra crema. Comino, clavo, nuez moscada u otras más mediterráneas como orégano o albahaca darán un toque diferente al plato, aunque siempre tenemos que procurar que no queden demasiado especiadas y las hierbas acaben matando el sabor de las verduras.

5- No les aportas un toquecito de nata. Es cierto, no es lo más recomendable desde un punto de vista calórico, pues en muchas ocasiones nos preparamos la crema de verduras para comer ligero, y nuestra apuesta 'healthy' se acaba yendo al garete si le añadimos un chorro de nata líquida o leche de coco. Sin embargo, en realidad basta un chorro pequeño, sin abusar, para cambiar por completo la textura y sabor de la crema, de manera que merece la pena plantearse añadirlo si buscamos una crema untuosa y de textura sedosa. Si no queremos utilizar nata o leche de coco, siempre podemos añadir un chorro de leche o de bebida vegetal de avena o arroz.

6- El tuneado final. Un chorrito de aceite de oliva aromático del sabor que queramos, unos frutos secos picados, unos picatostes simples o con ajo y perejil, o incluso a las finas hierbas... Todos ellos aportarán ese toque final a nuestra crema de verduras, además de alegrar su presentación.

7- Eres conservador. ¿Por qué solo escoges una verdura y no las combinas nunca? La mayoría de verduras combinan bien con otras, así que siempre puedes escoger dos o tres de ellas para crear una crema original que vaya más allá de la clásica de calabacín o calabaza. También deberías empezar a plantearte hacer cremas de verduras y horatlizas que hasta el momento no habías considerado: guisantes, boniato, espinacas, acelgas, col... Las de hoja verde suelen funcionar la mar de bien entre ellas: ¡atrévete y verás qué buena te queda la crema!

8- Pasas de las cremas frías. Conviene erradicar la idea de que las cremas son para el invierno y que en verano solo se come gazpacho y salmorejo. Craso error. Existen multitud de opciones para elaborar cremas frías de verano la mar de buenas y saludables, desde la clásica vichyssoise a algunas que incorporan frutas de temporada y que funcionan muy bien como entrante. ¿Has probado a hacer una crema de melocotón y melón? ¿O una de yogur con mango con un toque de menta? Imaginación al poder e innova también en tus cremas veraniegas.

9- No añades una patata. La patata siempre aporta consistencia y mejora la textura de las cremas, de manera que debería ser un ingrediente casi obligado.

10- No retiras el agua. Uno de los errores con los que nos encontramos a menudo cuando elaboramos cremas es que nos suelen quedar o muy líquidas o muy espesas. Para que esto no ocurra, nuestro consejo es retirar parte del agua en un cazo, empezar a triturar e ir incorporándola poco a poco a la mezcla siempre que sea necesario en función del espesor deseado. También es interesante hacernos con un buen pasapurés para que las verduras queden completamente trituradas y no nos encontremos grumos.