ENTRA EN VIGOR LA LEY
Las cifras son contundentes. Al parecer, si se dejasen de consumir grasas trans podrían prevenirse hasta 500.000 enfermedades coronarias en el mundo. Con estas cifras en la mano, Canadá ha aprobado una ley, que acaba de entrar en vigor, que prohíbe su comercialización.
Desde el pasado 15 de septiembre, las grasas trans artificiales han pasado a formar parte de la llamada "Lista de contaminantes y otras sustancias adulterantes" en Canadá, de manera que queda prohibida su venta, comercialización e importación, tanto en bares y restaurantes como en los supermercados. La medida, que hace años que se debate y se aprobó a principios de año, acaba de entrar en vigor hace apenas una semana, ya que las autoridades han querido dar un tiempo prudencial a la industria para su retirada. De hecho, de momento no han sido retirados todos los productos, pues todos aquello fabricados antes del 15 de septiembre pueden seguir siendo vendidos dos años más.
Esta medida responde a los numerosos estudios que alertan de los riesgos para la salud cardiovascular de consumir este tipo de productos. La OMS, sin ir más lejos, puso en marcha el pasado mes de mayo un plan llamado Replace, destinado a sustituir este tipo de grasas artificiales, resultado de añadir hidrógeno al aceite vegetal para hacerlo sólido, en los próximos años.
Las grasas trans suelen estar presentes en alimentos horneados, bollería industrial y en buena parte de alimentos procesados, y se ha demostrado que reducen el colesterol bueno y aumentan el malo (LDL). De hecho, son grasas artificiales, a diferencia de otras grasas que también han sido cuestionadas por la ciencia presentes de forma natural en los alimentos, como las grasas saturadas. Las insaturadas, sin embargo, presentes en alimentos como el aceite de oliva, los frutos secos o los aguacates, entre otros, son recomendables para la proteger la salud cardiovascular.
Al parecer, el Ministerio de Salud canadiense se basa en diversas investigaciones que aseguran que la eliminación de estas sustancias podrían evitar hasta 12.000 ataques cardiacos en los próximos 20 años.
Sin embargo, diversas plataformas se muestran cautelosas a la hora de valorar positivamente la medida. Por un lado, la plataforma Trans Fat Task Force se queja de que la medida llega tarde, pues países como Dinamarca, por ejemplo, aprobaron esta prohibición hace más de 15 años. Por su parte, diversas entidades ecologistas advierten a los consumidores de que la elimnación de las grasas trans podría dar lugar al incremento de productos como el aceite de palma, también nocivo para la salud.