Desde el 1 de enero de 2018

Ya es legal vender insectos para comérselos

Desde el 1 de enero, la Unión Europea autoriza la venta de bichitos para el consumo humano. Glups.

Insectos en un mercado callejero asiático.Wikipedia

Feliz Año Nuevo y... felices insectos nuevos. El 1 de enero de 2018 entra en vigor el nuevo reglamento de la UE que regula la importación y comercialización de insectos destinados al consumo humano. Esto supone que, a partir de esa fecha, cualquier empresa que decida vender insectos para el uso alimentario podrá solicitar el permiso para hacerlo. Un permiso que, casi con total seguridad, les será concedido.

En realidad, lo que supone esta noticia es la culminación de un proceso en el que ya se había avanzado por pasos. Por ejemplo, en julio de 2017 ya se había aprobado el uso de harinas con proteínas de insectos para la alimentación animal, por ejemplo. Además, en distintos países de la Unión Europea ya era totalmente legal consumir insectos. Francia, Bélgica, Holanda y Reino Unido ya permitían desde hace tiempo en su legislación nacional la venta y consumo de insectos. El 1 de noviembre pasado, Finlandia se conviritó en el quinto país en aceptarlo y un pan de grillos ya se ha convertido en el primer 'hit'.

Lanzan unos cereales hechos con insectos | Wikipedia

Las dudas de los expertos, pese a todo, persisten. ¿Seremos capaces de comer grillos o escarabajos en un pincho al estilo de los mercados callejeros de Tailandia o de Indonesia? Comer insectos no cuenta con una larga tradición en los países occidentales a diferencia de lo que ocurre en Asia. De hecho, son muchos los que presuponen que la adopción será lenta y comenzará con fórmulas en las que los insectos no estén visibles. Su empleo en harinas en las que no sean perceptibles para el ojo humano podría ser la vía de entrada.

Según Naciones Unidas, los insectos podrían suponer una solución para la creciente demanda de alimentos en el mundo y contra la hambruna. A su favor cuentan con que son, además una fuente de proteína de producción my sostenible. Los insectos se pueden alimentar de prácticamente cualquier cosa, haciendo mucho más sostenible su producción que, por ejemplo, la de la carne de vacuno. En cualquier caso, todo esto es la teoría. La práctica comienza en unas horas: preparémonos para ver un grillo en el plato del menú del día.