DESCUBRE CUÁL ES EL TUYO
Hasta hace poco solo había tres opciones en el mundo del café: solo, cortado o con leche. De repente, como consecuencia del boom de los cafés de especialidad, cada vez con más frecuencia oímos hablar de lattes, americanos, flat whites e incluso rarezas como el chai-latte, cúrcuma-latte, matcha-latte y otras delicias en taza. ¿Queréis saber qué es cada uno?
Latte
A menudo se le confunde con el café con leche, pero no, no es lo mismo. En en latte la leche es más cremosa y contiene una gran proporción de esta bebida (aproximadamente 3/4 de leche por 1/4 de café espresso). Podríamos decir, por tanto, que el latte sería el equivalente a una "leche con café", mientras que el café con leche contiene, como su nombre indica, una proporción más alta de café que de leche.
Café con leche
Pese a que cada maestrillo tiene su librillo y cada barista diseña hasta el milímetro el café con leche de su establecimiento, lo cierto es que un buen café con leche debería contener más café que leche y, si somos muy lecheros, la misma cantidad, pero nunca más. En el momento en que la leche supera la cantidad de café ya estamos hablando de latte. Muchas personas optan por un buen latte para desayunar y algún que otro café con leche a lo largo del día. Su textura suele ser más líquida, menos sedosa, y también suele ser más ligero que el latte.
Espresso
Es un café muy concentrado, de sabor amargo y aroma potente, que muchos consideran el café de los muy cafeteros. De origen italiano, el espresso perfecto ocupa apenas un par de dedos en la taza y se toma prácticamente en un par de tragos.
Americano
Al contrario de lo que muchos piensan, un café americano no es un café largo producto de darle varias veces al botón de la cafetera (si ves eso en algún bar, huye: acabarás tomando un café malo y requemadísimo). Se trata de un espresso que se sirve junto a una jarra de agua caliente para que se diluya, pues son muchos quienes aman el sabor del café pero no pueden con la contundencia del espresso original.
Macchiato
El cortado de toda la vida. Un espresso con una pequeña cantidad de leche (lo justo para acabar de llenar la taza) bien caliente y espumada.
Capuccino
Esta bebida de origen italiano popular en el mundo entero es similar al latte, pues contiene aproximadamente 3/4 de leche por 1/4 de café, pero se diferencia de este último en la espuma. Para elaborar un capuccino, hay que espumar una parte de la leche, para después colocarla con suavidad sobre el espresso y lograr esa apariencia tan característica. No es obligatorio, pero puede decorarse con un toque de cacao.