Nada aconsejable, por supuesto
Durante 100 días, Anthony Howard-Crow comió solo a base de helados para demostrar un hecho: que perder peso es cuestión de calorías, no de que vengan de un lado o de otro.
Seguro que os habéis hecho la siguiente pregunta alguna vez en la vida: si tengo que seguir una dieta con un máximo de 2.000 calorías, ¿qué importa de dónde vengan? Esto es lo que quiso demostrar Anthony Howard-Crow, un estadounidense de 32 años que decidió pasarse 100 días comiendo solo helado. En total, 2.000 calorías al día, que complementaba con otras 500 de suplementos de proteína y algo de alcohol de vez en cuando.
¿Cuál fue el resultado? Pues que, en esos 100 días, este joven, que tiene un canal de YouTube llamado Abs & Ice Cream (Abdominales y Helado), perdió casi 15 kilos de peso. En su caso, hay una explicación clara, según sus propias palabras: "Quería demostrar que, en una dieta, la clave para perder peso es gastar más calorías de las que entran en tu cuerpo, independientemente de que estas procedan de pechuga de pollo a la plancha o de helado". Además, la dieta trajo consigo algunos cambios interesantes en sus análisis, con un descenso del colesterol malo y de los triglicéridos. ¿Un éxito total la dieta del helado, entonces?
Nada de eso. A mitad del experimento,Howard-Crow comenzó a sentirse terriblemente cansado y dejó de entrenar... Además, sus niveles de testosterona se redujeron. Además, comenzó a sentirse de mal humor prácticamente todo el día, lo que demuestra que esta dieta es absolutamente desaconsejable desde cualquier punto de vista. "Fue la peor dieta que se he seguido en mi vida", manifestó Howard-Crow, que, además, perdió gran cantidad de músculo. La explicación a esto puede estar en que dejó de entrenar pasado el día 50 de este nuevo régimen.
Sin embargo, si para algo le ha servido esta experiencia a Howard-Crow es para defender la tesis de que, cuando se trata de adelgazar, lo que más importa es que el número de calorías consumidas sea menor que el de gastadas. En su caso, las 2.000 calorías a base de helado no cubrían su consumo diario, lo que le hizo perder peso, independientemente de que procedieran de una fuente u otra. Por supuesto, la dieta del helado es de todo menos equilibrada, con lo que no se trata de un esquema nutricional para seguir a medio-largo plazo. Pero como demostración, resulta de lo más interesante.
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