Un estudio de la Universidad de Oporto así lo afirma

¿Hay solución para que la carne no sea cancerígena? Sí, cocinarla con cerveza

Carne roja. A la barbacoa. Cancerígena seguro, si nos fiamos de lo que dice la OMS. Pero hay esperanza: la encontramos en un estudio de la Universidad de Oporto, que indica que marinar la carne en cerveza antes de cocinarla reduce los riesgos. Sí, era lo que estábamos esperando.

Esta carne está mejor si la marinas con cerveza. De verdad de la buena.Pixabay

Costillas recién hechas a la parrilla y una cerveza bien fresquita en la mano. Una combinación ante la que Peter Griffin o Homer Simpson salivarían litros y litros… y que encima es buena para la salud. ¿What?, os oigo decir mientras me enseñáis en Internet lo que ha dicho la OMS sobre el consumo de carne roja, poniéndola al nivel de riesgo cancerígeno de, sí, el alcohol. Y, sí, la cerveza es alcohol. La cerveza que nos gusta, al menos.

Sin embargo, la bendita hemeroteca nos ha dado una tregua. Sacamos de los ficheros de Cocinatis un informe que viene a salvarnos la vida. Veréis, el equipo de Isabel Ferreira, de la Universidad de Oporto, descubrió hace unos meses que los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) presentes en la carne resultan cancerígenos cuando ésta se cocina a alta temperatura. Pues bien, marinar la carne de cerdo en cerveza antes de hacerla en la parrilla parece reducir los niveles de HAP en la carne de manera significativa.

De hecho, se probó con tres tipos de cerveza: tipo pilsner, tipo pilsner sin alcohol y negra. El análisis reveló que, en el caso de la cerveza negra, los niveles eran incluso dos veces menores. Los investigadores también concluyeron que marinar la carne en té o vino podía provocar el mismo efecto, aunque la reducción de HAP que se consigue con la cerveza (y con la negra en particular) era la mayor.

¿Por qué ocurre esto? Aunque se sigue investigando, los analistas de la Universidad de Oporto consideran que  que la razón de que la cerveza tenga un efecto limitante en la formación de HAP quizá se deba a que los compuestos antioxidantes de la cerveza actúan como inhibidores de las vías de reacción de radicales libres que crean el compuesto. En este sentido, no sería algo nuevo, ya que existen multitud de informes que hablan de que un consumo moderado de cerveza puede tener efectos antioxidantes para nuestro cuerpo. Por tanto, antes de poner el grito en el cielo y dejar nuestra nevera sin chuletones, quizá no sea mala idea darles una última oportunidad de la mano de nuestra cerveza favorita. Birraaaaaa...