ALIMENTACIÓN SALUDABLE
La relación entre el momento de la introducción de alimentos complementarios y el riesgo de alergia es un tema de discusión actual. ¿Qué sabemos y qué no?
Los factores que desencadenan las alergias alimentarias son complejos e incluyen factores genéticos, epigenéticos y ambientales. Durante las últimas dos décadas, la prevalencia de alergias alimentarias ha registrado un aumento significativo en las sociedades occidentalizadas, posiblemente debido a cambios en la exposición ambiental y en los estilos de vida.
Este aumento de las tasas de alergias alimentarias ha llevado a reconsiderar las estrategias de prevención de esta enfermedad que se estaban utilizando hasta el momento. Hasta ahora, cuando se iniciaba la etapa de la alimentación complementaria (cuando se empiezan a ofrecer en su alimentación alimentos distintos a la leche materna o de fórmula), desde pediatría se les entregaba a las familias un calendario de introducción de alimentos donde se especificaba que grupo de alimentos nuevos incorporar cada mes, hasta incorporar todos pasado el año de vida.
Estos calendarios, además, no coincidían entre distintas consultas de pediatría, entre distintas ciudades o distintos países, ya que al no estar basados en ninguna evidencia científica, eran calendarios meramente aleatorios. Pero se hacía porque se creía que así, se prevendrían alergias a aquellos alimentos que más frecuentemente causaban alergias en edad pediátrica.
Pues bien, tras reconsiderar la efectividad de esta estrategia y a la luz de que las alergias alimentarias no solo no disminuían si no que aumentaban, la evidencia emergente ha dado lugar a cambios radicales en las pautas de prevención de la alergia alimentaria, mostrando que estos enfoques no son efectivos como herramienta de prevención y por ello, las guías actuales recomiendan no retrasar la introducción de alimentos que comúnmente causan alergias en edad pediátrica.
Pero no solo se ha visto que no sirve para prevenir alergias alimentarias sino que en la última década se está estudiando la hipótesis de que la introducción temprana de alimentos potencialmente alergénicos pueda prevenir el desarrollo de alergia alimentaria mediada por IgE en la población general o en bebés con riesgo de desarrollar alergia alimentaria (bebés con dermatitis atópica, familiaridad atópica, otra alergia o sensibilización alimentaria) como ocurre en el caso del cacahuete (que nunca se debe ofrecer entero antes de los 5 años por riesgo de asfixia) y el huevo. Sin embargo, ensayos clínicos investigaron si este enfoque dietético preventivo también podría extrapolarse a otros tipos de alérgenos alimentarios y sus resultados fueron ambiguos y por lo tanto, todavía no concluyentes.
¿Y qué pasa con el gluten?
El gluten, al igual que el resto de alérgenos puede introducirse en la dieta del bebé en cualquier momento entre en la etapa de la alimentación complementaria. Sin embargo, la evidencia disponible hasta la fecha apunta a que existe una asociación entre la cantidad de gluten ingerida y el riesgo de enfermedad celíaca, de ahí que la Sociedad Europea de Hepatología y Nutrición de Gastroenterología Pediátrica (ESPGHAN) en sus últimas recomendaciones sobre la alimentación complementaria recomiende evitar el consumo de grandes cantidades de gluten durante las primeras semanas de su introducción y durante la infancia en general. Sin embargo, no se han establecido todavía las cantidades óptimas de gluten que se deben introducir en la etapa de la alimentación complementaria para prevenir la enfermedad celíaca.
¿Y cuál puede ser la ventaja de incorporar diferentes alimentos antes del año?
Al margen de ventajas o no con respecto a las alergias alimentarias, la principal ventaja es que se puede mejorar la calidad nutricional de la dieta infantil. Ya que con los calendarios actuales están comiendo el mismo grupo de alimentos durante un mes o varios meses, carne como única fuente proteica durante varios meses, las mismas cuatro verduras… Y por otro lado, sabemos que cuantos más sabores diferentes incorporemos al inicio de la alimentación complementaria, más fácil es que acepten mayor diversidad de sabores después.
Dicho esto, para la próxima vez que te entreguen un calendario de incorporación de alimentos mes a mes, ya dispones de información más actualizada para poder decidir con más consciencia. Pide una segunda opinión o consulta con tu dietista-nutricionista infantil si necesitas más información.
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