RÁPIDO, SENCILLO Y REFRESCANTE
¿Te apasionan los granizados y te gustaría saber hacerlos en casa, pero te da mucha pereza ensuciar la batidora y limpiarla después? En este artículo tienes la solución: te explicamos cómo hacer un granizado de fresa en un periquete de forma muy fácil. ¡Toma nota, inténtalo en casa y disfruta!
Una de las bebidas más refrescantes que podemos tomar en verano para combatir el calor es un granizado. Pasear por la ciudad o el pueblo y disfrutar de él en una heladería, cafetería o mientras callejeamos, es un plan apetitoso para cualquier tarde. Sin embargo, no tenemos por qué limitar su consumo a los momentos que estamos fuera de casa.
Podemos arremangarnos, colocarlos el delantal de cocinitas y preparar sabrosos granizados en casa de forma rápida y sencilla. Aunque tengamos en mente que un granizado es una mezcla de hielo triturado y algún líquido -como zumo de frutas-, en este artículo te enseñamos una variante aún más sencilla que hará que te chupes los dedos.
¿Lo mejor? No necesitas picadora de hielo para conseguir la textura de granulado, ni vaso americano, ni batidora para integrar los ingredientes. Sigue leyendo.
Habrás observado que en las cámaras frigoríficas de los supermercados puedes encontrar bolsas de frutos rojos -frambuesas, arándanos o fresas congeladas-. Pues bien, para hacer un granizado casero sin batidora y disfrutar de todo el sabor de las fresas solo necesitas comprar una bolsa de esas y tener un rallador en casa. Así de fácil.
Cuando te apetezca refrescarte con un buen granizado de fresa sin ensuciar demasiado la cocina, solo debes pasar las fresas congeladas por el rallador hasta conseguir una buena montaña de virutas de fresa congelada.
Si quieres añadirle dulzor y cremosidad puedes incorporar alguna cucharada de leche condensada y, después, si lo deseas, puedes añadir algún que otro topping, como semillas de sésamo o cacahuetes.
En el vídeo que ha subido @littlefatboyfrankie a su feed de Instagram puedes ver con detalle cómo es el proceso y lo apetitoso del resultado final.
Elimina de la ecuación el granizado de café, de limón y de lima, y piensa en todo el resto de frutas apetecibles que puedes encontrar en cualquier lineal de supermercado o en tu frutería de confianza.
Cualquier opción es buena para disfrutar de un refrescante granizado cuando el sol aprieta. Solo necesitas lavar bien la fruta, pelarla -si has elegido un mango, una ciruela o una sandía, por ejemplo- e introducirla en el congelador durante unas horas hasta asegurarte de que está bien congelada.
Después solo tienes que sacarla del congelador y rallarla hasta conseguir desmenuzar la fruta deseada y que adquiera una textura de granizado.
Si la idea de la leche condensada no te atrae demasiado, hay una opción menos calórica que puedes incorporar en la fruta rallada congelada para que tenga una textura más líquida -y dulce-.
Puedes preparar jarabe de azúcar e incorporarlo a la mezcla. ¿Cómo? En una cacerola, agrega 1 taza de agua y el azúcar. Calienta un vaso de agua en una cacerola y añade un par de cucharadas de azúcar -o el edulcorante que prefieras-, remueve hasta que se disuelva completamente y déjalo enfriar.