CONEXIÓN CUBANA EN ZARAGOZA
Cruzas la puerta y... ¡Zas! Ya estás en Cuba. En Zaragoza hay un par de locales de espíritu sabrosón que han traído hasta orillas del Ebro un poco del calor del Caribe. Son El Paladar y el Toque de Caña. El primero, especializado en comida cubana. El segundo, en sus cócteles más característicos. Frijoles, plátano frito y yuca. Ron y azúcar. ¡Saaaabor!
En Cuba, se llama 'paladar' a los restaurantes que, gracias a los cambios económicos de la isla durante la pasada década, pudieron abrir y regentar particulares por cuenta propia. Sitios pequeños, con apenas cuatro mesas, y cuyo nombre tiene su origen en una popular telenovela venezolana. En Zaragoza, El Paladar (Serrano Sanz, 6, entorno plaza San Francisco) es un pequeño restaurante que, con apenas unos meses en marcha, ha importado el sabor (e incluso el ritmo) de la gastronomía cubana. Su complemento perfecto es el ya veterano Toque de Caña (Laguna de Rins, 3), un bar cuyos mojitos y cancháncharas son un auténtico espectáculo.
Comida cubana en Zaragoza
Al frente de El Paladar están el 'Chato' Simón, veterano músico zaragozano, y su esposa, la cubana Narelia Soto. Este recogido local, decorado con numerosas fotografías y alegremente ambientado con música de la isla, ofrece de jueves a domingo el "plato cubano". Si bien en su menú también hay cocina tradicional, sin duda la oferta caribeña es la que ha robado el corazón a sus cada vez más numerosos adeptos.
El "plato cubano" es una auténtica bomba de sabor, y por solo 8 €. Sus componentes se sirven todos a la vez: arroz blanco (a modo de acompañamiento), cazuela de frijoles, arroz congrí (mezcla entre arroz y frijoles), mariquita (plátano macho frito) y pierna de cerdo asada con guarnición de yuca. Según explica el 'Chato', no han caído en la adaptación y tratan que su cocina sea lo más aproximada a los gustos cubanos. Algo que también se aprecia en postres como la tarta de queso con maracuyá, el flan de papaya o el pastel de lulo (naranjilla).
Aún hay más. Por la noche, en El Paladar se sirve una versión reducida del "plato", pero también otras especialidades como el típico bocadillo cubano, a base de ropa vieja (carne de la falda de la ternera), lacón, pepinillo, queso y mostaza. En la barra hay también sabor caribeño para picar, Así, entre la típica longaniza frita se cuelan los tamales de hoja de plátano. Como no podía ser de otra manera, la música cubana no deja de sonar por los altavoces del local, y en un descuido puede ser que hasta el propio dueño se arranque con alguno de los instrumentos que decoran el local...
Tragos caribeños para salir a la guerra
El Toque de Caña surge de la iniciativa de Antonio, un enamorado de Cuba que hace 15 años decidió abrir un local que rindiera homenaje a uno de los sustentos de la isla, la caña de azúcar. Aunque también ejerce de bar de cervezas y cafés, la verdadera especialidad de este acogedor bar son los 'tragos' cubanos. Solo oferta cuatro cócteles, pero están trabajados y servidos con esmero. Tanto que vale la pena acercarse a la barra para ver cómo se preparan. Son el mojito ("siempre con ron cubano y siguiendo la receta tradicional"), el daikiri ("al estilo de los que tomaba Hemingway en la Floridita"), la piña colada y el 'toque de caña'.
En realidad, tras la denominación 'toque de caña' se esconde la canchánchara, un cóctel con mucha historia. Su origen está en los conflictos independentistas en Cuba en el siglo XIX cuando los mambises, los guerrilleros que luchaban contra los españoles, lo tomaban para ponerse a tono antes de salir a batallar. Vaya si se ponían a tope. Este combinado lleva dos partes de aguardiente de caña con dos cucharadas de miel y una de jugo de limón, rebajado en hielo para contrarrestar su potencia.
Sin moverse de Zaragoza, entre El Paladar y el Toque de Caña, es posible comer como un cubano, beber como un cubano y, si el cuerpo aguanta, dar guerra como un cubano.