Si quieres adelgazar, mejor que no las tomes
Estás a punto de empezar una dieta y comienzas a tachar alimentos de tu dieta. Estos que te ponemos aquí seguro que los mantienes. Pues bien, deberías de prescindir de ellos si lo que quieres es perder peso.
Buenos días, enemigos de la báscula. Sabemos que estos últimos días han sido duros y que las lorzas os amenazan desde la báscula con cifras que nunca soñasteis alcanzar. Llega el momento de ponerse a dieta, claro. Y como muchos otros españoles, lo haréis por vuestra cuenta, sin contar con dietistas y nutricionistas. Ni falta que hace, claro. Pues bien, si estáis haciendo una lista negra de alimentos que ni de coña vais a comer, apuntad estos también, que igual se os habían pasado de largo.
Ensaladas preparadas. ¿Por qué renunciar a quedar con amigos cuándo podéis ir al mismo local que ellos y apretaros una sencilla ensalada? Vale, hasta aquí todo bien. Eso sí, fijaos en lo que llevan porque, en algunos locales de comida rápida, las ensaladitas pueden llegar a tener las mismas calorías que la hamburguesa o las patatas juntas. Si llevan quesos, bacon, croutons de pan o salsas preparadas, alejadlas, porque con solo mirarlas seguro que engordáis varios gramos.
'Smoothies'. Un error clásico entre los neófitos es confundir el saludable mundo de los zumos verdes con el mucho más azucarado y engordante terreno de los 'smoothies'. Sí, llevan fruta y, sí, los hay en versión ligeresa, pero también es cierto que la mayoría suelen incluir azúcares añadidos, nata, leche entera y a saber qué más ingredientes puestos ahí por el maligno para que nos quedemos redonditos.
Pasta sin gluten. "No, yo es que ahora como la pasta sin gluten, porque me sienta mucho mejor y, además, es más ligera". Pregunta: ¿Eres celíaco/a? Porque si no lo eres estás cometiendo un grave error. La pasta apta para celíacos suele contener más cantidad de materia grasa para compensar lo que hay que quitarle. Normalmente, esto se debe a añadidos que permiten que sepa igual que la que come el resto de la humanidad. Es una movida, lo sabemos.
Barras energéticas. "En lugar de una barrita de chocolate, una energética, que lleva frutos secos y tal". Y también lleva miel, grasas añadidas y edulcorantes por un tubo que sí, que hace que estén más buenas, pero también que no sean ese snack 'healthy' que esperábamos. Mirar su etiqueta nutricional equivale a asomarse al abismo. Las hay que pasan de las 400 calorías.
Fruta desecada. Bienvenidos al fantástico mundo de los equívocos. La fruta es buena para mi cuerpo. BIEN. La fruta desecada es buena para mi cuerpo. MAL. En muchos de esos paquetes de pasas o de arándonos desecados se ha puesto también un poquito (más bien un muchito) de azúcar con dos fines: mejorar el sabor y que, además, se conserven en perfecto estado durante más tiempo. Bueno, si aceptamos como perfecto ese estado de arrugamiento.
Dips de vegetales. Otro error clásico que cometemos al comer en un restaurante. Pedimos la carta, la miramos atentamente y decimos eso de "estoy a dieta, traígame un dip de estos de alcachofa, por favor". El camarero se aleja descojonándose por lo bajini porque, aunque no lo sospechemos, esa receta lleva mantequilla y probablemente queso para aglutinar la verdura, darle más consistencia y, sí, para que sepa mejor.
Sopas en bote. "¡Quiero una sopa! (que estoy a dieta)". Pues nada, majete/a, baja al mercado y compra los ingredientes para hacerla tú mismo/a porque la que te vas a apretar y que es de bote contiene una cantidad de sodia suficiente para convertir un río de agua dulce en el Oceáno Atlántico. Si tienes duda de esto que decimos, mira la composición nutricional antes de abrirla y nos darás la razón.