Está en Barcelona
En numerosas ocasiones puede resultar difícil decidir si es la tradición la que hace popular a una marca o si, al contrario, es una marca la que crea costumbres tradicionales. En el caso del aperitivo y las tapas de calidad existe un ejemplo paradigmático de la afirmación anterior: Espinaler.
Hace casi ciento veinte años, concretamente en 1896, que Miquel Riera Prat instalaba una taberna en Vilassar de Mar (Barcelona) en la que se reunía la gente del pueblo a charlar del tiempo, de la pesca, del estado de la mar y de todo lo que constituía la vida cotidiana de una pequeña población marinera del Maresme.
Pasan los años y, de padres a hijos, se transmite la costumbre de visitar la taberna y poco a poco se va extendiendo la cultura del aperitivo, de lo que hoy llamaríamos tapas, aunque aquellos años no estaban para demasiadas alegrías y había que conformarse con anchoas, patatas y la “oliveta”.
Buen ambiente, calidad que se transmite por el boca a boca, el aperitivo va estableciéndose como una costumbre ineludible y la carta de la taberna se amplía con almejas, berberechos, mejillones, bonito… Así llegamos a 1990, año en que Miquel Tapias Roldós y su familia dan el paso adelante ampliando la variedad de productos bajo la marca Espinaler.
Con el cambio de milenio y sin abandonar la antigua taberna se inaugura, el año 2000, la Tienda Espinaler, un amplísimo espacio situado en el polígono industrial “Els Garrofers”, de Vilassar, que se configura como una mezcla de tienda, taberna y almacén en el que se puede encontrar toda la variedad de productos Espinaler, así como una selección de los mejores productos para cualquier aperitivo.
Quesos artesanos, miel y mermeladas selectas, embutidos curados, aceitunas a granel y latas con las más suculentas delicias de las rías gallegas, comúnmente conocidas bajo el nombre de marisco. Incluso postres de la propia marca presentados en latas: mousse de limón, dos chocolates, crema catalana o tiramisú.
Un lugar no sólo para comprar, también para degustar, tomar el aperitivo y que congrega a gente tanto de las poblaciones de los alrededores como a muchos clientes de Barcelona y otros lugares más alejados, hasta el punto de ser reconocida como la Mejor Tienda Especializada por la Guía Gourmet 2012.
El prestigio de la marca ha crecido hasta el punto, valga la anécdota, de que figuras de renombre mundial visitan la Taberna de l’Espinaler, como el cantante Bono, de U2, que lo hizo durante la parada en Barcelona de su gira del año 2009. No sabemos lo que degustó pero no nos extrañaría que le sirvieran un Combi Espinaler, compuesto por anchoa, navaja, langostino, almeja blanca, chipirón, mejillón, berberechos, aceitunas rellenas, atún en escabeche y pimiento rojo. ¡Menuda maravilla!
Detrás de esta historia que hoy en día, en cualquiera de los cursos o seminarios para emprendedores o técnicos de marketing se calificaría de “ejemplo de éxito”, está el trabajo de toda una familia, el equipo que la acompaña y la calidad de los productos, leitmotiv de la firma, conocida por muchos también por la famosa salsa Espinaler (el que no ha probado unos berberechos aliñados con esta salsa no conoce cuán buenos pueden llegar a estar) hasta llegar a las latas de marisco.
“Desde el bisabuelo Espinaler hasta hoy siempre hemos apostado por la calidad, por conseguir que nuestros productos sean los mejores”, explica Miquel Tapias. Y es que organolépticamente las conservas Espinaler no tienen parangón.
Conservas de primera calidad, lo que en muchos restaurantes, bares o tiendas de delicatesen se anuncia actualmente como “latas Premium”. Y es que la diferencia en sabor, aroma y aspecto de una conserva de este nivel respecto a las latas que podríamos llamar “estándar” resulta abismal.
La diferencia de precio, que la hay, resulta insignificante al compararla con la calidad que separa a unas y otras. Por ejemplo, los berberechos se recogen manualmente, sólo en la temporada de octubre a enero de cada año y se envasan también de forma manual, al natural, sin conservantes ni especias.
Todos los mariscos de la marca Espinaler, una vez recogidos, pasan por una ducha de agua salada durante la que absorben el agua y expulsan la arena que pudieran contener. Es lo que se conoce, en el argot de los conserveros, como “desbabado”. Una vez limpios, se separan por tamaños, se preparan según el tipo de conserva que se quiera realizar y se envasan.
El mejillón, procedente de la Ría de Arosa, se recoge de las bateas y rápidamente se elabora friéndolo en aceite de oliva virgen y se le añade el escabeche elaborado con vinagre, pimentón y especias seleccionadas.
Los chipirones se rellenan con sus propios tentáculos mediante un delicado y artesanal proceso de elaboración, limpiándolos a mano uno a uno y añadiéndoles aceite de oliva hasta convertirlos en un tierno y delicioso bocado que sorprende por su sabor y textura.
Y así podríamos seguir con todas las especialidades de la marca Espinaler, aunque ninguna descripción equivale al placer de degustarlas. Un aperitivo con ellas es como media comida anticipada.
En los tres establecimientos de l’Espinaler (dos en Vilassar de Mar y uno en Badalona) ahora también se pueden degustar tapas tanto frías como calientes creadas por el chef Carlos Londres, desde una deliciosa ensaladilla rusa hasta unas increíbles patatas bravas, croquetas de jamón ibérico, alcachofas con pulpo o incluso gambas al ajillo.
El sabor del mar está ahí, en una lata premium, en l’Espinaler, en un buen aperitivo que siempre nos deja con ganas de repetir.
Más información:
Espinaler Badalona
Energia, 67
Polígono Industrial Les Guixeres. Badalona
Taverna del Camí Ral o Ca L’Espinaler
Camí Ral, 1.
Vilassar de Mar
Espinaler “La Nau”
Polígono Industrial “Els Garrofers” Avinguda del Progrès, 47
Vilassar de Mar
Texto de Anna Tomàs