Del hielo al repelente para moscas
Llega el buen tiempo y nos apetece ir a comer al campo. Ojo, porque aquí van los 10 errores que no conviene que cometas para que sea todo un éxito
A priori, es una estampa idílica: un prado florido, un mantel a cuadros, viandas colocadas como si fuera una foto... pero la realidad puede ser mucho menos agrdable si no cuidamos determinados detalles. Ojo a estos, que son de primero de campero.
Lleva siempre bloques de frío. Sí, nos referimos a estos cacharritos de plásticos, que suelen ser de color azul y que tan bien nos vienen para que todo llegue a su temperatura correcta. La clásica cesta nevera de nuestros padres sigue en boga y, desde luego, es mucho más inteligente esto que llevar bolsones de hielo que pueden acabar aguando nuestra comida.
No te olvides sacacorchos, cuchillos, etc. Piensa en el tipo de comida y bebida que llevas a la hora de llevar el menaje correcto. No hay nada más descorazonador que ir a abrir el vino y darte cuenta de que te has dejado el sacacorchos en casa o intentar cortar los filetes con un tenedor de plástico.
La comida frágil encima, la pesada debajo. Otro consejo de perogrullo pero que, a veces y con las prisas, no tenemos en cuenta. Las bolsas de patata y los yogures siempre arriba, si no queremos que nuestra cesta de picnic se convierta en un experimento de nueva cocina. Los túpers con filetes y, en general, lo que vaya cerrado, en la base y siempre encajadito.
Siempre colócate en plano. Un consejo tan básico y de sentido común que parece mentira que a veces no lo sigamos. Si no queremos que nosotros y nuestra comida nos acabemos deslizando, mejor elegir siempre una superficie que no esté en cuesta...
Todo lo que se pueda comer con la mano, funciona. Nunca subestimes el poder de un pollo rebozado, de unas empanadillas o de unos bocatas. Todo aquello fácil de coger con la mano y comer en cualquier sitio es carne de picnic. Y lo rico que está, claro.
Olvídate de los platos en salsa. Cualquier pescado o carne que lleve salsa va a ser incómodo de comer y seguro que acaba provocando lamparones en la ropa de los asistentes. La comida seca o compacta funciona mejor, recuerda.
La fruta cortada... llegará oxidada. Esto es así, por muchas gotitas de limón que le añadamos y aunque invoquemos al Dios de la frescura. Intenta llevarla sin trocear para hacerlo en el momento y hacerla así apetecible para todos.
Agua en abundancia. Imprescindible. Para beber y mantenerse hidratado, pero también por si no tenemos ninguna fuente cerca y hay que lavar platos o cubiertos. Olvidarse del agua es exponerse a un picnic guarrete y poco glamuroso.
Aleja a las moscas con cítricos. Utiliza pieles de naranja o de limón y ponlas estratégicamente a lo largo y ancho del mantel. Evitarás tener que estar comiendo con una mano y dando manotazos en el aire con la otra. No se acercarán a tu tortilla.
Intenta dejarlo todo recogidito. No cuesta tanto, de verdad. Antes de salir de casa agarra una bolsa de basura grande que te ayude a meter dentro todos los residuos que se generan en un picnic y que, ojo, son muchos. Respeta tu entorno.