SIGUE ESTOS CONSEJOS

¿Y si empiezas HOY MISMO la Operación Bikini?

Faltan 20 semanas para que empiece el verano. Sol, playa y chiringuitos parecen lejanos años luz, y sin embargo este es el momento ideal para empezar a pensar en la operación bikini. La razón es que podrás conseguir en cuatro meses lo que normalmente te propones lograr en uno y además podrás hacerlo con calma, a tu ritmo y sin estrés.

A esto se añade que enero es un mes en que todo el mundo se propone cuidarse más: los excesos de las fiestas, el frío, los propósitos de año nuevo hacen que este sea un momento perfecto para empezar, y conseguir, la operación bikini.

Las claves son las mismas de siempre: comer bien, hacer deporte y descansar. Sin estos tres factores, cualquier operación bikini está destinada al fracaso. Y sin embargo, empezar a trabajar ahora tu cuerpo de cara al verano tiene dos objetivos: sentirte a gusto contigo mismo aunque vistas un bañador, y mantener los resultados más allá de las dos semanas de vacaciones que tocan.

Sí, porque trabajar durante unos meses en un resultado tiene el efecto secundario de transformar la operación bikini en costumbre: es decir que si logras comer bien, hacer deporte y descansar de aquí a junio, lo más probable es que sigas haciéndolo también después porque ya habrás construido un hábito. Y eso, señores, es el verdadero éxito de la operación bikini.

Un día por el Mercado de la Encarnación en Sevilla | Noelia López

Para lograrlo, lo primero es una alimentación sana. No hace falta ponerse radicales, pero sí comer con buen sentido. ¿Has cenado pizza anoche? No vamos a ser nosotros los que te quiten ese placer… pero hoy deberías compensar con mucha fruta y verdura, cereales integrales y proteínas. ¿Te gusta desayunar dulce? Sin problemas, pero cambia los cereales de caja por avena natural, yogurt griego y frutos rojos (o pepitas de chocolate negro). Tendrás más energía y estarás desayunando mil veces más sano. Y es que las pautas para una alimentación sana sin pasarse de obsesivo son sencillas: evitar los precocinados, los productos industriales y la bollería; comer más fruta y verdura fresca y de temporada; preferir las carnes blancas y los pescados azules; pasarse a los cereales integrales; cocinar a la plancha o al vapor. El cambio no tiene por qué ser brusco: puedes empezar a adaptar tu dieta a estas pautas poco a poco para no tirar la toalla al cabo de un par de días. En un par de semanas, los cambios empezarán a notarse: la pesadez de siempre desaparecerá, el tránsito intestinal será mejor, la piel lucirá más hidratada y tendrás la sensación de que todo en tu cuerpo funciona mejor.

Si quieres ir un paso más allá, puedes hablar con un profesional del sector que te explique cómo comer mejor, y sobre todo qué estás haciendo mal. Hay muchas personas que creen comer bien y sano, pero que a menudo pasan por alto escuchar a su cuerpo. Un ejemplo son las personas que, para adelgazar, empiezan a comer lechuga a todas horas y lo único que obtienen es aumentar su retención de líquidos. Un nutricionista podrá asesorarte en este sentido y corregir las malas costumbres en la mesa y que tal vez estén echando a perder todos los esfuerzos que consigas hacer para lograr la operación bikini.

Subir escaleras | iStock

El segundo punto va de la mano con una alimentación sana: el movimiento es fundamental para que el plan tenga éxito. En este caso tampoco funciona pasar de estar sentados durante 10 horas diarias a matarse en el gimnasio. A parte de correr el riesgo de desmoralizarte, también puedes hacerte mucho daño. Si llevas tiempo sin practicar deporte, lo normal es que empieces poco a poco: empezar la operación bikini en enero tiene la ventaja de poder trabajar más despacio y mejor. Empieza por un objetivo fácil de alcanzar. Por ejemplo, ¿hace cuánto no subes a tu casa por las escaleras? Pues proponte lo siguiente: subir sin dejarte los pulmones por el camino (si vives en un entresuelo o un primero no vale, eh). Una vez lo consigas, elige un objetivo más difícil, y así. Esto te permitirá educar tu cuerpo al movimiento poco a poco, no sufrirás lesiones ni lo echarás todo a perder al cabo de tres días.

El otro consejo que podemos darte y que sabemos ser el único realmente efectivo es que busques una actividad física que te guste. Hacer deporte no tiene por qué ser una condena a la infelicidad. En realidad deberías estar pasándotelo bien. Si el gimnasio no es lo tuyo, apúntate a natación, tenis, clases de baile, yoga... hay mil posibilidades más allá de las pesas y de la cinta de correr, y todas igualmente válidas.

Dormir boca abajo es la peor opción para descansar bien | Pixabay

Por último, es fundamental descansar bien para poder lucir un cuerpo sano. Dormir 7 - 8 horas por noche ayuda a que nuestro cuerpo se recupere: así descansas y al mismo tiempo te estás cuidando. Pero la cantidad de horas no es lo único que importa: es preferible que duermas menos horas, pero que duermas bien, a que te acuestes a las 21.00 y te pases la mitad de la noche dando vueltas en la cama. Especialmente en esta época de frío, tomar una infusión antes de dormir ayuda a relajarse, concilia el sueño y prepara tu cuerpo a la fase de descanso. Además, es muy aconsejable alejarse de las móviles, teles y ordenadores al menos media hora antes de acostarse: puedes lavarte los dientes, desmaquillarte, preparar la ropa para el día siguiente… en fin, cualquier cosa que no implique estar delante de la pantalla.

Si consigues que estos tres aspectos de tu vida mejoren, llegarás a junio con un aspecto y un estado de ánimo renovados y, lo que es más importante, te habrás educado a ti mismo a cuidar de tu cuerpo, de tu mente y de tu salud. ¿Empezamos ya?

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