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Un estudio explica cómo es realidad
Bond, James Bond. Ya sabéis, ese agente secreto que lo mismo se pone el careto de Sean Connery, que de Pierce Brosnan o Daniel Craig, que parecía demasiado rubito, pero que, mira tú por donde, al final ha cuajado. Bueno, al lío. El caso es que el agente al servicio de su majestad tiene, además de múltiples rostros según la década, un gusto exquisito en mujeres, coches y... bebida.
Su afición a Dry Martini es legendaria, pero ahora se sabe que la receta tradicional de vodka con martini seco, mezclado pero no agitado, no es del todo correcta. La ginebra mediterránea Gin Mare, fiel a su estilo por continuar avanzando en la superación de las fronteras del conocimiento sobre mixología, ha encargado al barman científico, Stuart Bale de Strangehill (www.strangehill.co.uk) (barman y científico al mismo tiempo: sí, eso existe), la investigación sobre cómo conseguir el Dry Martini perfecto. Y, vaya, se ve que Bond estaba equivocado en lo que respecta a su bebida su bebida preferida. Bale también ha dado sus claves sobre el Dry Martini ideal.
Mezclado, no agitado. Este un punto no está exento de polémica, en la versión original de las películas de James Bond, el agente secreto siempre pedía su Dry Martini "agitado, no mezclado", sin embargo, la traducción al castellano cambió el sentido de la frase por "mezclado, no agitado", un error que de forma inconsciente dio con la clave para elaborar el Dry Martini perfecto (lo mismo había algún coctelero entre los traductores de las pelis...) Tal y como explica Bale "en el caso de este cocktail, agitar no es lo correcto". "Mezclar y agitar sirve para dos propósitos, tanto enfriar como diluir. Agitar enfría la bebida, sin embargo, diluye y la deja acuosa. Puesto que al agitar se añade hasta un 10% extra de agua, para poder disfrutar los sabores de un Dry Martini, mezclar es la única opción".
Ginebra en lugar de vodka. La ginebra proporciona la base para un buen Dry Martini ya que sus extractos botánicos ayudan a equilibrar el vermut. Si lo comparamos, el vodka no tiene esta composición estructural y por eso no se mezcla bien con el vermut.
Una fresa en lugar de una olvia. Que nadie se conforme con lo que hay en el fondo de un tarro de olivas a la hora de acompañar un Dry Martini. Añadir una oliva aliñada o rellena enmascara el sabor de la base del espíritu de esta bebida, una razón para no incluirla tampoco cuando al pedir una ginebra elaborada si lo que se busca es disfrutar de su sabor. Para el Dry Martini, Bale explica por qué originariamente la oliva era la favorita; "Es sabido desde hace tiempo que la sal es un potenciador de sabores, de ahí el uso de este fruto macerado. La sal reduce la tensión superficial de los líquidos, permitiendo que las composiciones aromáticas escapen y que nuestra percepción de los aromas se incremente. Para tener la experiencia definitiva de un Dry Martini, una o dos pizcas de sal añadidas conseguirán la liberación de los sabores sin enmascararlos con el sabor de una oliva", relaya Bale. Esto no quiere decir que no exista una guarnición que encaje con el Dry Martini. Con un sabor más dulce y suave, una fresa entera o una rodaja de limón o naranja pueden complementar la base de ginebra del cocktail.
Y a continuación, la receta del Dry Martini perfecto
Ingredientes:
50 mililitros de ginebra.
25 mililitros de Lillet Blanc.
0,5 mililitros de sal (disuelta en 100ml de agua)
Una fresa pequeña
Se añaden los ingredientes en una coctelera de metal con hielo. Se mezclan durante 20-30 segundos hasta que la bebida se haya enfriado y diluido correctamente. Podemos probarlo usando una pajita hasta que esté listo. Servimos en dos vasos de cóctel fríos con la fresa.