DIETA SALUDABLE
El 16 de enero se celebra el Día Internacional de la Croqueta, un plato de origen francés que nos encanta a todos. ¿Quieres disfrutar de unas croquetas más ligeras y menos grasientas? Descubre cómo prepararlas con poco aceite y sin renunciar a su delicioso sabor.
Crujientes por fuera, cremosas por dentro y con un sinfín de posibilidades para su relleno: las croquetas son, sin duda, uno de los platos que más nos gustan tanto a niños como adultos. No es de extrañar que tengan su propio día en el calendario, el 16 de enero, cuando se celebra el Día Internacional de la Croqueta. Ya sean de jamón, bacalao, setas o incluso de cocido, esta elaboración de origen francés conquista todos los paladares.
Pero, si algo caracteriza a las croquetas tradicionales, es el proceso de freírlas en abundante aceite para conseguir ese dorado perfecto. ¿Qué pasa si queremos disfrutar de su sabor sin sentirnos culpables por el exceso de grasa?
Si buscas un resultado más ligero sin sacrificar la textura crujiente, tu mejor aliado será el horno o la freidora de aire. Estas dos opciones te permitirán cocinar las croquetas con apenas unas gotas de aceite.
La revolución en las cocinas modernas. Solo necesitas pulverizar ligeramente las croquetas con aceite antes de meterlas en la cesta de la freidora. Cocina durante unos 10-12 minutos a 200 °C, dándoles la vuelta a mitad de tiempo para un dorado uniforme. El resultado te sorprenderá.
Si no tienes freidora de aire, el horno es otra gran alternativa. Coloca las croquetas en una bandeja con papel vegetal y pincélalas con un poco de aceite. Hornea a 180 °C durante 20 minutos, dándoles la vuelta para que se doren por ambos lados.
Estas técnicas son ideales reducir las calorías y además, también te ayudarán a evitar el olor persistente a fritura en casa.
Hacer croquetas no es complicado, pero sí requiere algo de mimo. Aquí tienes algunos consejos que marcarán la diferencia:
¡Feliz Día de la Croqueta!