EL MEDIO AMBIENTE TE LO AGRADECERÁ
Son altamente contaminantes, pese a que pensemos que por una pajita no pasa nada. Solo en Estados Unidos se utilizan 500 millones de pajitas en un solo día, lo que supone un impacto terrible para el medio ambiente, que podemos evitar con un simple gesto. ¿Y si empezamos a sustituir las pajitas por opciones más sostenibles y también mucho más divertidas?
Parecer ser que las pajitas son el cuarto residuo que más se halla en las playas (después de colillas, envoltorios de bocadillos y tapones), y en muchos países del mundo ya se ha iniciado el movimiento 'Mejor sin pajita'. Esta iniciativa ha dado lugar al nacimiento de numerosas alternativas a la pajita convencional, que cumplen la misma función pero no tienen impacto en el medio ambiente. De hecho, pese a que en realidad la pajita es innecesaria y favorece la aparición de gases, son muchos los dentistas que la recomiendan, especialmente cuando se ingieren algunos tipos de refrescos azucarados, que pueden dañar el esmalte dental. La pajita evita el contacto con los dientes y contribuye a mantener una dentadura sana.
Según un informe elaborado por Greenpeace, en España se consumen 13 millones de pajitas al día, lo que supone que cada habitante consume en todo un año 110 cañitas de plástico de un solo uso. De hecho, suponen el 4% de basura plástica de todo el planeta, una cifra que obliga a plantearse urgentemente una solución.
Algunas alternativas para sustituir la clásica pajita, que podemos encontrar ya en numerosos establecimientos, desde coctelerías a bares, son:
Pajitas comestibles. Diferentes compañías se han puesto las pilas para elaborar pajitas comestibles, cada vez más habituales en numerosos locales, que, en el caso de la compañía Sorbos, tienen tan solo 24 calorías y son personalizables, pueden tener diferentes aromas y sabores y son una buena alternativa para seguir disfrutando de los encantos de las pajitas, ir degustándolas poco a poco y tener la certeza de no estar afectando al medio ambiente.
Pajitas biodegradables. Las pajitas de papel, también muy presentes en los últimos tiempos, no son reutilizables pero sí biodegradables, de manera que el pequeño gesto de sustituir las de plástico por las clásicas pajitas de papel, algo más gruesas y cortas, es suficiente para poner nuestro granito de arena por el medio ambiente.
De metal. Reutilizables, ecológicas, fáciles de conservar y de limpiar. Son una gran alternativa a las pajitas convencionales.
De silicona. En principio están pensadas para niños, pero son una gran alternativa también para los adultos, pues son manejables, fáciles de usar y limpiar, flexibles y perfectas para coctelería, pues además darán un toque decorativo a nuestras copas.