A veces, nos engañan

Cuando te dan gato por liebre... vaca vieja en lugar de buey o panga por merluza

¿Recuerdas aquel jamón que compraste como ibérico y parecía chopped? En el mundo de la alimentación, como en todos, hay engañifas que nos pillan con la guardia baja. Aquí os traemos cinco de los más habituales. Ojo avizor, chavales.

Hola, soy la panga, pero, a veces, me hago pasar por merluza.Wikipedia

Jopé, ¿quién iba a pensar que aquel anuncio del tío que vendía un portátil por 30 pavos en Internet iba a ser una estafa? Le pagaste religiosamente, esperaste mes y medio a que llegara de la otra punta del mundo y cuando abriste el paquete y te encontraste un portafotos de Ikea, lloraste amargamente. Es más, perdiste la inocencia. Nunca más, gritaste: ¡NUNCA MÁS!

Sí, hermandad del consumismo, todos tenemos ya el culo pelado en esquivar fraudes, engañifas, tocomochos y demás... pero, en el campo de la alimentación siempre hay que estar alerta porque nos la pueden meter doblá en cualquier momento. A continuación, os traigo algunos de los gato por liebre más habituales. Ah, mira por dónde, el primero podría ser éste: el gato por liebre. ¿O pensabais que aquel arroz que os comisteis en un chino de extrarradio llevaba conejo de verdad?

Vaca vieja en lugar de buey. Llegas a un restaurante recién abierto y te anuncian que tienen chuletón "de buey". Miras al camarero fijamente, el camarero te devuelve la mirada. ¿Es esto buey?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Que si esto es buey?, ¿y tú me lo preguntas? Este buey es.. vaca vieja. Sí, si metes presión al camarero bisoño, éste se suele venir abajo y acabar admitiendo que no, que eso que te está poniendo no es buey. Y no pasa nada: la vaca vieja es un producto de gran calidad también. Pero, ¿qué necesidad hay de mentir cuando uno puede decir tranquilamente la verdad?

Ibérico que no es ibérico. "Jamón ibérico a 70 euros la pieza", decía aquel anuncio que veías en tu canal de teletienda de madrugada. Y picaste. Y llamaste. Y lo encargaste. Y te mandaron 2 "por haber sido de los 100 primeros". Y te volviste loco de felicidad. Y cuando llegó aquello a casa lo abriste con la máxima ilusión. Y lo probaste. Y sabía a mortadela de la mala. Y ahora lo usas para algún guiso y con medida, no vaya a ser que lo estropee. Ibérico es una raza, nada más, y puede ser que el animal no haya visto una bellota ni en dibujo. Cuidadín con esto, porque nadie da los duros a cuatro pesetas (referencia para los que estudiaron EGB).

Panga en lugar de merluza. Esta es una de la que más nos duele, lo admitimos. Muchos hosteleros, con el nivel ético del Señor Cangrejo de Bob Esponja aprovechan lo de "merluza a la romana" para colarnos la panga, mucho más barata, escondida bajo el manto protector del rebozado. A veces los pillas, a veces no. Desde un punto de vista nutricional, la merluza es superior a la panga y, además, sabe mejor.

Perca en lugar de mero. "De la mar el mero y de la tierra el cordero" dice el refrán que suelta tu tío Paco el del pueblo cuando se pimpla dos pintas de vino y te quiere cantar las cuarenta a ti, 'foodie' del tres al cuarto. Esto quiere decir, nada más y nada menos, que el mero es bueno, bueno... pero, ojo porque la perca del Nilo está suplantando cada vez más a uno de nuestros pescados más apreciados. Sus escasas propiedades nutricionales, las dudas que se ciernen sobre las condiciones higiénicas en que llega o su bajo precio la convierten en una sospechosa habitual. Y, vamos, que es que además canta la Traviata.

Pota en lugar de calamar. Cuando vas a la pescadería y ves que hay dos calamares, uno a cinco pavos el kilo y otro a diez, te asaltan las dudas. Una palabra te puede dar la clave de la diferencias de precio: Po-ta. No tiene nada que ver con tus sábados noche, sino que es un cefalópodo parecido al calamar, pero más basto, que también suele ocultarse en bocatas 'low cost' o raciones cutrongas. Si quieres distinguirlos, echa un ojo. Sus manchas violáceas la delatan, porque las del calamar tiran más a rosa.