NO TUESTES DE MÁS
Si acostumbras a tener en el congelador una reserva de pan para echar mano de él cuando lo necesitas, no te pierdas este artículo. En él te explicamos cuál es la mejor manera de conservarlo, de descongelarlo y de consumirlo, para mantener la calidad del producto y la seguridad alimentaria en todo el proceso.
¿Sueles hacer bocadillos todos los días para desayunar? Hay veces que nos resulta imposible acercarnos a la panadería a primera para poder disfrutar de un bocadillo de pan recién hecho. En muchos hogares se utiliza el pan del día anterior, que con un poco de aceite –y tomate restregado para quien le guste- o bien rellenándolo de queso crema, paté, atún u otros productos más jugosos, lo enternece y queda delicioso.
No obstante, hay una práctica habitual en cuanto a la conservación del pan se refiere: congelarlo. Si compras pan para consumirlo en las comidas porque tienes previsto que acompañará de forma ideal a la salsa de tus elaboraciones, pero al final del día te das cuenta de que ha sobrado más de lo que te esperabas, la congelación es una solución.
Puedes almacenar barras de pan en el congelador –bien envueltas en papel film, por ejemplo- y mantener todas sus propiedades para cuando necesites echar mano de ellas. Sin embargo, el proceso de descongelación tiene que ser minucioso, y el tratamiento del pan posterior también.
En este artículo, contamos con la opinión experta de Victoria Castell, jefa del Servicio de planificación, auditoria, evaluación de riesgo y comunicación de la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria.
"La mejor manera para descongelar el pan es a temperatura ambiente y tardará más o menos tiempo dependiendo del tamaño de la pieza", confirma Castell. No es lo mismo una barra de pan que un panecillo o unas rebanadas.
En cambio, si te corre prisa, "lo puedes colocar sobre una bandeja de rejilla e introducirlo en el horno con vapor, en el microondas o incluso en la tostadora", afirma la experta. "En función de la calidad del pan y del proceso elegido, obtendremos una textura y una temperatura diferente", recuerda Castell.
Si eres de esas personas que descongela el pan directamente en la tostadora, puedes estar tranquila: "Si son piezas pequeñas, no hay ningún problema", confirma la experta en Seguridad alimentaria.
"Tenemos que vigilar cuando tostamos el pan –ya sea en el horno, en la tostadora o en el grill del microondas- que adquiera un color dorado", recomienda Castell. No debemos pasarnos en este proceso térmico para no se nos queme.
"Cuando nos pasamos con el tostado de los alimentos a nivel superficial y en lugar de obtener un tostado dorado el alimento se quema, se genera una sustancia tóxica que se llama acrilamida, un proceso de reacción de los hidratos de carbono, de los azúcares propios de los alimentos, que es tóxica", advierte Castell.
Para empezar, "necesitamos una nevera de 4 estrellas que tenga un equipo de congelación que alcance los -18ºC. Las neveras que tengan menos estrellas sirven para mantener los alimentos congelados, pero no para congelar", explica Castell.
Además, para que los alimentos se conversen adecuadamente "no hay que sobrecargar el congelador, debe circular correctamente el aire frío entre los alimentos", aconseja la experta.