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¿Cómo es el vino brick que triunfa entre las élites de Corea del Norte?

Se trata de un tinto de La Mancha a base de garnacha y tempranillo, se llama Los Candiles, se comercializa en tetra brick y cuesta unos 70 céntimos en el mercado. Lo exportan las bodegas Isidro Milagro y está siendo un boom en Corea de Norte.

El vino que triunfa en Corea El vino que triunfa en Corea

Es un tinto de La Mancha a base de garnacha y tempranillo, se llama Los Candiles, se comercializa en tetra brick y cuesta unos 70 céntimos en el mercado. Lo exportan las bodegas Isidro Milagro y está siendo un boom en Corea de Norte, hasta tal punto que sus creadores siguen sin dar crédito.

Para Gerardo Madrid, director de exportación de Isidro Milagro, es una ironía que siendo esta una bodega que exporta sus vinos a 65 países, que trabaja reconocidas denominaciones de origen como Rioja o Castilla La Mancha, se haya hecho mediática precisamente por uno de los vinos de su gama más baja. Lo que no significa, afirma Madrid, que se trate de un vino malo, ni mucho menos, pese a no llegar a los estándares para pertenecer a ninguna D.O., entre otros motivos porque se comercializa en brick. "Es un tinto afrutado, con color, de unos 12,5 grados. Un vino agradable en copa que podría incluso dar el pego y descolocar a muchos entendidos", asegura Madrid. Y que en muchas ocasiones es la única opción de carta de algunos restaurantes de gran nivel, los cuales, en el caso de Corea solo se dirigen a las élites. "A las elites militares", puntualiza Madrid. Las únicas que en un país con una dictadura militar salvaje, una ausencia total de clases medias y episodios de pobreza e incluso hambruna pueden permitirse cenar con vino.

El idilio empezó hace un par de años casi por casualidad. En una feria en Düsseldorf, un distribuidor con sede en Hong Kong buscaba un vino fácil y económico para introducir en Corea, y al parecer tuvo un flechazo con Los Candiles, una auténtica joya si tenemos en cuenta su relación calidad-precio. De hecho, en Asia no hay cultura vinícola, no tienen viñedos y sus paladares no están curtidos en la materia. "Si se conoce algo es el tinto, pero los blancos y los rosados son absolutamente minoritarios en los países asiáticos".

Desde entonces, Isidro Milagro exporta alrededor de unos 100.000 litros de vino anuales a Pyonyang, "una cifra que, sin ser espectacular, es sorprendente teniendo en cuenta que hasta el momento apenas se importaba nada y que nuestros otros vinos no llegan". Algo que no deja de apenar a Madrid, que ha visto cómo algunos tintos de nivel de Isidro Milagro arrasan en países como el Reino Unido. "Los británicos en general son muy sibaritas y tienen muy buen paladar para los vinos. Desde hace un par de años está arrasando uno de los nuestro Cal y Canto, un vino de la Tierra de Castilla, tempranillo, merlot y syrah que no para de venderse allí", explica. También tiene mucha reputación en el extranjero la joya de la corona de las bodegas, el Cinco Horas, un Rioja a base de tempranillo, garnacha y graciano, que cuenta con su versión monovarietal Garnacha que también tiene acólitos en numerosos países.

Pero en Isidro Milagro no deja de hacerles gracia el repentino éxito de Los Candiles, más chocante todavía teniendo en cuenta que es un vino de tetra-brick. "El tetra-pack es un buen envase para un vino. No deja penetrar la luz ni el oxígeno y su huella de carbono es baja", afirma Madrid, sorprendido, asegura, de que "de repente nos conozcan por un vino de mesa que se comercializa en un régimen dictatorial".