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Te contamos cómo identificar los indicadores para analizar el aceite de oliva y saber si es de calidad.
El aceite de oliva es indispensable en nuestra cocina mediterránea. Lo tomamos crudo en diferentes aliños para las ensaladas y verduras, y cocinado para aportar algo de grasa a los platos más elaborados. Aunque aguanta elevadas temperaturas y es idóneo para frituras, sus propiedades beneficiosas se aprovechan mejor con el producto en crudo.
Lo llaman el oro líquido, y no es para menos. Desde la Antigüedad se ha recogido el fruto de la olivera y se ha prensado fácilmente con un molino para extraer el jugo de la aceituna. Actualmente, con él se elaboran conservantes y productos de cosmética e higiene. Tiene usos medicinales e industriales.
Para mantener una buena forma física y un buen estado de salud, todo suma. Y la calidad de cada uno de los ingredientes que conforman nuestras comidas, también. Si el aceite de oliva es un ingrediente indispensable en nuestro menú y lo ingerimos de forma usual, debemos tener la suficiente información para seleccionar el que nos parezca de mayor calidad.
Pero, ¿cómo saber si un aceite de oliva es de buena calidad? Pues desde NovaMás te contamos en qué puntos merece la pena fijarnos antes de elegir uno.
Indicadores para saber la calidad del aceite de oliva
La acidez de un aceite de oliva viene determinada por su contenido en ácidos grasos libres, producidos mayoritariamente por la prensa de aceitunas que han sufrido algún golpe, enfermedad o plaga.
Del mismo modo se producen los peróxidos, cuanto mayor sea su índice, menor serán los beneficios antioxidantes del aceite de oliva. Un buen producto no debe sopesar de 20.
La acidez se expresa por los gramos de ácido oleico por cada 100 gramos de aceite, de manera que cuanto menos porcentaje tenga el aceite, de mayor calidad es. El aceite virgen extra tiene una acidez máxima de 0,8 gramos cada 100. El aceite virgen tiene una acidez máxima de 2 gramos cada 100.
El grado de humedad nos da una pista sobre cómo ha sido el proceso de elaboración de aceite, pues si se ha evitado la presencia de partículas de agua y otras sustancias volátiles en el jugo. Como en el indicador anterior, cuanto menos alta sea esta cifra, de mejor calidad es el aceite. Un 0,15% es un número aceptable.
Color, sabor y aroma. El color puede ser importante para distinguir los aceites según la variedad de la aceituna -así como el sabor y el aroma que en un lineal de supermercado no vamos a poder distinguir-. Debe tener una gama desde el amarillo verdoso al amarillo pajizo y su aspecto debe ser límpido y brillante.
El valor k270. Una prueba en el rango de longitud de onda ultravioleta que indica la presencia en el aceite de compuestos insaturados. Cuanto mayor sea el coeficiente K270, menor capacidad oxidan tendrá el aceite. Lo ideal es que no sobrepase un valor de 0,20 o 0,25.
Efectos del aceite de oliva en el hígado
Nadie duda de los nutrientes que tiene el aceite de oliva para su consumo. Pero además de ser un excelente alimento, son ampliamente reconocidos por la comunidad científica sus efectos cardioprotectores.
Además, el jugo de aceituna también es capaz de reducir el riesgo de padecer enfermedades respiratorias, neurodegenerativas y de cuidar de nuestra microbiota intestinal.
Pero cabe destacar que el aceite de oliva virgen extra puede revertir el daño hepático causado por una dieta alta en grasas, a través de la activación de mecanismos anti-inflamatorios en el tejido adiposo y a la modificación de la composición lipídica del propio hígado.