RECETA FESTIVA

Cómo preparar rosquillas listas de San Isidro en casa

San Isidro también se celebra en la cocina: prepárate para la festividad madrileña con su dulce más tradicional.

Rosquillas listas de San Isidro iStock

En NovaMás no se nos ha ocurrido una mejor manera de celebrar el día de San Isidro que con esta receta dulce en honor a la festividad madrileña. Las rosquillas de San Isidro son, por excelencia, un icono gastronómico del 15 de mayo.

En esta fecha, Madrid se viste con sus mejores galas para celebrar todo tipo de actividades al aire libre, en las que la gastronomía, la música y el baile son las protagonistas. En esta celebración multitudinaria no pueden faltar sus tradicionales rosquillas.

Este postre, cuyo origen data en la Edad Media, se ha convertido en todo un referente de esta festividad. Las hay para los más dulzones, bañadas con una capa de azúcar glaseado y limón, y las "tontas", que no llevan ningún glaseado.

Sea como sea, las rosquillas de San Isidro están riquísimas y, por esta razón, merecen un espacio en nuestro recetario. Así que, si tú también te animas a hacerlas, ponte el delantal que empezamos a cocinar.

Receta de rosquillas caseras de San Isidro

Existen dos tipos de rosquillas, las tontas, que se comen solas, sin ningún tipo de cobertura. Y las listas, que llevan un glaseado de azúcar aromatizado con limón. Como aquí nos gustan las cosas bien dulzonas, prepararemos unas auténticas rosquillas listas caseras. Toma nota de los ingredientes.

Ingredientes para la masa:

  • 400 g de harina de repostería
  • 1 sobre de levadura química
  • 70 ml de aceite suave de girasol
  • 150 g de azúcar blanco
  • 8 g de anís en granos
  • 8 g de sal
  • 2 cucharadas de licor de anís
  • 5 huevos medianos a temperatura ambiente
  • 1 huevo batido para pintar
  • Papel vegetal de horno

Ingredientes para el glaseado:

  • 2 claras de huevo
  • 2 cucharada de zumo de limón
  • 150 g de azúcar glas
  • 1 cucharada de anís
  • Agua para ligar bien (si es necesario)

Elaboración de las rosquillas:

1. En un bol, bate los huevos con el azúcar hasta que la mezcla espume.

2. A continuación, añade el aceite, la sal, el licor y el anís picado finamente. Integra bien todos los ingredientes.

3. Ahora, añade la harina y la levadura. Mézclalo todo hasta conseguir una pasta uniforme. Tienes que obtener una textura blanda, pero sin que llegue a pegarse a los dedos.

4. Una vez tengas la masa trabajada, deja que repose durante 1 hora en un bol enharinada y tapado.

5. Pasado este tiempo, prepara una superficie de trabajo limpia y corta la masa en porciones individuales pequeñas. Después, dale forma circular a cada porción dejando un agujero en el centro.

6. Si ves que la pasta se te pega a la superficie de trabajo, puedes engrasarla un poco con aceite.

7. A medida que vayas dando forma a las rosquillas, colócalas encima de una bandeja de horno con papel vegetal y con espacio de separación entre ellas.

8. Cuando ya estén colocadas, deja que reposen en crudo durante 1 hora más.

9. Mientras, precaliente el horno a 220º C.

10. Seguidamente, pinta cada una de las rosquillas con huevo batido y ponlas al horno. Deben hornearse durante unos 12-15 minutos con calor por arriba y por abajo y aire caliente.

11. Cuando veas que estén doradas, retíralas. Si te gustan más tostadas, las puedes dejar unos minutos más, vigilando que no se quemen. Por otra parte, es posible que la superficie la veas un poco cuarteada. No te preocupes, es una reacción normal de este tipo de masa.

12. Para si las rosquillas están totalmente cocidas, puedes partir una para comprobar que el interior esté bien horneado. Cuando las retires del horno, deja que se enfríen.

Elaboración del glaseado:

1. Primero, incorpora en un bol el azúcar glas, las claras de huevo batidas y espumadas, el zumo de limón y el anís. Mézclalo todo y, si ves que queda muy espeso, añade un poco de agua. Lo ideal es que consigas una textura parecida a la de la salsa bechamel.

2. Cuando tengas listo el glaseado, baña las rosquillas de una en una hasta la mitad y deja que se sequen al aire. El glaseado tarda unas cuantas horas en endurecerse del todo.

3. Las rosquillas estarán listas para comer cuando la cobertura esté bien seca y crujiente.

4. Si quieres acelerar el secado, también puedes meterlas en el horno a 50º C durante unos pocos minutos.

¡A disfrutar de tus rosquillas y feliz San Isidro!

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