TRUCO
Las patatas fritas es un acompañamiento a nuestras comidas bastante recurrente, pero que queden perfectas no es una tarea nada fácil. Agregar un ingrediente que suele ser muy recurrente en nuestras casas, nos ayudará a conseguir nuestro objetivo.
Es posible que hayas escuchado el método del doble cocinado, que consiste en primero cocer las patatas y luego freírlas, para que el interior se cocine suavemente y queden mejor que si solo las freímos.
En este caso es más importante los ingredientes que la técnica. Utilizaremos el método ya mencionado, pero con una pequeña variación, echaremos un chorro de vinagre al agua donde las coceremos.
Este ingrediente hace que los azucares superficiales se disuelvan, así el exterior no se cocinará tan rápidamente. También activará una encima que hará que la patata sea más firme.
Además, la patata se mantendrá más crujiente durante más tiempo, en vez de que se quede blanda nada más freírla.
Por otra parte, el vinagre ayuda a mantener la estructura del almidón, protegiéndolo de las altas temperaturas del aceite.
Después de haberlas cocido brevemente, las freiremos unos tres o cuatro minutos en aceite a ciento ochenta grados hasta que queden doradas. Las escurrimos bien en un poco de papel de cocina y las condimentamos al gusto.
Con este ingrediente extra, conseguiremos unas patatas completamente cocinadas por dentro y crujientes por fuera.